sábado, 11 de julio de 2015

LA NÓMINA DE LA CASTA Y EL ENTRAMADO DEL PODER FINANCIERO

Félix Población

Las leyes de transparencia se adoptaron en los países nórdicos a partir de 1776 (Suecia), si bien no se generalizaron hasta la segunda mitad del siglo XIX en Noruega, Finlandia, Dinamarca y Estados Unidos. En ese tiempo España era el paraíso de la oligarquía y el caciquismo, fermento  de la casta que da título a este libro. Nuestro país ha sido el último de la unión Europea en disponer de una ley de transparencia. Fue hace apenas año y medio, a finales de 2013.

No es de extrañar así que España  ocupe el puesto 37 de 175 en el ránking de países menos corruptos y que se sitúe al final (en el número 19) entre los que conforman la Unión Europea. Con esa introducción, el periodista Rafa Burgos ha querido indagar en la identidad y actividad de lo que a partir del surgimiento de Podemos su secretario general ha calificado como casta, no sin merecer acerbas críticas por parte de algunos políticos en ejercicio o ya al margen de la política activa que se sintieron aludidos, como alguno de los que merecen un capítulo en este trabajo. 

El libro de Burgos, publicado por El Viejo Topo recientemente, nos da una detallada lista de nombres y apellidos relacionados con los sectores estratégicos del país, que en muchos casos -por las vinculaciones entre ellos- recuerdan los matrimonios de intereses propios de épocas pasadas. Lo hace el autor a modo de objetiva crónica periodística, sustentada en la documentación correspondiente -toda publicada-, a lo largo de once capítulos o argumentarios. 

Arranca con un Coto privado de Casta, en el que nos informamos de los escenarios, tipos y contenidos renovados que en su día testimonió La escopeta nacional, para pasar a respondernos sobre todo lo que siempre quisimos saber sobre los Borbones y nunca nadie se atrevió a preguntar. En el tercer capítulo se toca la justicia y las interioridades del Tribunal Constituciones (con C de conservador).

A los Botín les dedica Rafa Burgos el cuarto argumentario, con un repaso resumido de su vida empresarial y familiar, además de todo aquello que los medios de comunicación pasaron por alto: evasión fiscal, conexiones vaticanas y borbónicas, relaciones entre los Botín y los Rato, caso Gürtel. No puede faltar un capítulo para los expresidentes, en este caso los que más tiempo estuvieron en el poder con sus consiguientes rendimientos y granjerías: Jordi Pujol y Felipe González. Del franquismo, cuya herencia sigue vive en los descendientes de las familias que salieron beneficiadas, también se ocupa el autor, así como de els altres catalans que simpatizaron con la dictadura.

No faltan, finalmente ni los coleccionistas de arte, ni algunos referentes notorios de las más de dos mil personas que se reparten los casi tres mil títulos nobiliarios que hay en España. Mención especial merecen medios de comunicación como el diario El País, o el discreto encanto de la progresía. 

En fin, aquí tendrá el lector una relación bastante exhaustiva de aquellos nombres que configuran  el entramado político-financiero de este país, al tiempo que se instruirá sobre los mecanismos que han permitido y permiten la sustentación de ese poder. Puede que no sea una lectura muy agradable para estos días de vacaciones, pero nunca está de más un reconocimiento así para quienes se pregunten por las lacras del sistema.

 DdA, XII/3024

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si existe pero algún día habrá que escribir la historia de El País, porque el país que tenemos se lo debemos en parte a ese periódico.

Anónimo dijo...

Echo me menos en el libro una parte fundamental que es la de la casta periodística, esos profesionales tan unidos al poder que solo pueden elaborar medios de información tan lamentables como los telediarios de TVE o los informativos de RNE, o periódicos como La Razón y Abc.

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