martes, 7 de julio de 2015

ÉVOLE COMENTA EL ARRESTO DOMICILIARIO DE UN SINTECHO

"Pues es normal que lo juzguen y lo condenen si ha robado", habrán pensado Urdangarín, Millet, Pujol y los de los ERE.
Jordi Évole

Un día la cantante Christina Aguilera preguntó: «¿Sabe alguien dónde hacen el Festival de Cannes este año?». Entonces me di cuenta de que todo es posible, y que no puedes relajarte porque en cualquier momento se celebrará el Festival de Cannes en Cornellà y, claro, si no preguntas, te lo perderás. ¿Y por qué nos va a sorprender? ¿No corren el París-Dakar en América? ¿Y no soltó Schwarzenegger, cuando gobernaba California, que el matrimonio homosexual es algo que debería darse entre el hombre y la mujer? Sí, lo soltó. Por eso, a estas alturas ya no podemos sorprendernos de nada, ni siquiera de que un juzgado gallego condene a un sintecho a una pena de arresto domiciliario.
Que le caiga un arresto domiciliario a un sintecho tiene muchísimo sentido. Al parecer, este señor, que duerme en el cajero de un banco, había robado unos guantes de fútbol, unas gafas y una bicicleta. «Pues es normal que lo juzguen y lo condenen si ha robado», habrá pensado Urdangarín. Lógico. Y Millet seguro que opina lo mismo. «No puede saltarse la ley y esperar que no le pase nada», habrá comentado Jordi Pujol a su mujer al conocer la noticia. Es natural. En España debe imperar la ley, como repite Rajoy, el líder de un partido que no ha tributado a Hacienda pero que, según Hacienda, eso no es malo porque el PP es como Cáritas. Es de cajón. Cualquier persona con un mínimo de coherencia asociaría antes al PP con Cáritas que a Cáritas con un sintecho. Porque todo el mundo sabe que el PP no ha hecho nada malo recibiendo donaciones ilegales. En cambio, que un sintecho mangue unos guantes, eso sí tiene delito, y de los gordos. «No hay nada peor que un ladrón de guante blanco», habrá comentado alguno de los políticos imputados por el caso de los ERE de Andalucía.

Puntos de Página
El Periódico  DdA, XII/3021

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