Fernando de Silva
En
 la noche del pasado viernes, 3 de julio de 2015, el propietario del Bar
 "Al Norte" sito en el número 9 de la Plaza del Marques, de Gijón, tuvo 
la genial ocurrencia de invitar a 28 personas a desalojar su local,
 después de haber pedido ya su consumición, dado que precisaba hacer 
sitio para aumentar su recaudación. Lo llamativo es que 19 de esas 
personas sufren una discapacidad  psíquica, y 13 precisan silla de 
ruedas para desplazarse. El hecho es de tal gravedad que ni siquiera 
caben disculpas o rectificaciones, ni achacarlo a un mal momento, y 
descalifican a su titular para regentar en nuestra ciudad un negocio de 
hostelería.
Las personas que han sufrido la discriminación, pertenecientes a ASPACE HUESCA,  sufren
 parálisis cerebral o padecimientos similares, y se encuentran 
veraneando en Gijón, en donde me consta que lo están pasando genial, en 
palabras de Conrado Salinas, su coordinador. Pero ello no obsta para que
 se denuncie este gravísimo incidente, para que nunca más se pueda 
repetir en nuestra ciudad.
Confiamos
 en que el Ayuntamiento de Gijón tome buena nota de lo acontecido, y 
tramite un expediente para investigar lo sucedido, por si procediese un 
cierre temporal o la suspensión de la licencia de apertura. Porque esto 
no se puede quedar en una anécdota desagradable.
Por
 cierto, el artículo 510 1. a) del Código Penal, en su nueva redacción 
que entró en vigor el pasado 1 de julio, castiga con pena de prisión de 
uno a cuatro años y multa de seis a doce meses, a "Quienes 
públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente a la
 ... discriminación ... contra un grupo... por razones de  .... 
enfermedad o discapacidad". Por ello invito al Ministerio Fiscal para que se ponga la pilas, y actúe en consecuencia, como es su obligación.
                                                                         DdA, XII/3021 
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