Félix Población
Ayer, una vez más y siguiendo los dictámenes de los rancios asesores
electorales que llevan la campaña del Partido Popular, la condesa consorte de
Bornos y grande de España no tuvo más argumentos que recurrir a ETA para
rebatir los argumentos esgrimidos por Manuel Carmena en relación con las tramas
corruptas en Madrid, tramas que afectaron a los más estrechos colaboradores de
Esperanza Aguirre.
Ocurrió durante el debate en Telemadrid. La lideresa acusó a Carmena de liberar a etarras y la
candidata de Ahora Madrid se limitó a responderle que todo el mundo sabía de su
implicación en la lucha por la democracia, cuando vete a saber –añado yo- de qué
modo esperaba que la libertad cayera del cielo la señora Aguirre. ¿Alguien
tiene alguna idea de la resistencia ofrecida por doña Espe a la dictadura en
sus años de alumna de élite del Colegio Británico? ¿Aspiraba entonces la
lideresa a un régimen en el que los ciudadanos tuvieran la facultad de elegir a
su alcalde o alcaldesa? ¿Qué hizo esta señora por lo que ahora se pueden
permitir los españoles, mientras su adversaria se jugaba el tipo por la
democracia? ¿Cómo puede llegar a ser tan miserable quien aspira a representar a
todos los madrileños en el gobierno de su ciudad, tan castigada por los crímenes de ETA?
También le dijo Manuel
Carmena a la señora Aguirre que la daba pena que una señora de la edad de la
condesa consorte se viera obligada a decir esas simplezas. Me temo que aquí la
candidata de Ahora Madrid se quedó corta en su calificación. Además de simples
e impropias de una sexagenaria, la intención de Aguirre, por aviesa y
envenenada, tenía por objeto establecer una vinculación de tan flagrante fin
difamatorio que habría merecido quizá una más rotunda réplica.
De todos modos,
mientras Aguirre trataba de difamar a Carmena de modo tan rastrero, una parte
de los taxistas de Madrid sí daban una respuesta muy significativa en las calles de la capital del reino. En
lugar de cobrar como otros sesenta euros por día por estampar la imagen de la candidata
del Partido Popular, medio centenar de taxistas se ofrecieron a realizar esa
publicidad de modo gratuito a favor de los candidatos de Podemos y Ahora
Madrid. Solo cabe desear que su decisión la tengan en cuenta el mayor número de madrileños posible cuando el próximo domingo acudan a las urnas. Su derecho al voto no lo conquistó la condesa consorte, sino Manuela Carmena y quienes como ella se enfrentaron a la dictadura franquista.
DdA, XII/3007
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