viernes, 20 de marzo de 2015

ORDEN DE BUSCA Y CAPTURA CONTRA EL MINISTRO MONTORO

Fernando de Silva
Tan locuaz y charlatán, nuestro "flamante" Ministro de Hacienda e Instituciones Públicas parece haberse olvidado de que la tierra es redonda y de que el día sucede a la noche, hasta el punto de que lleva una semana en ignorado paradero, por lo que no ha quedado más opción que emitir una orden ciudadana de búsqueda y captura, para que dé explicaciones públicas de todo lo que está ocurriendo alrededor de su persona, y confiamos en que con  el mismo estilo que le caracteriza para criticar y sembrar dudas sobre los demás.
Personaje siniestro, mordaz y alejado de los comportamientos que deben de adoptarse por quien se supone tiene las llaves de nuestro dinero, Cristóbal Montoro ha conseguido en tres años destruir definitivamente la imagen de seriedad, imparcialidad y neutralidad que debe trasladar a los ciudadanos la Agencia Tributaria, que siempre debe de estar ajena y distante a los cambios políticos, para convertirla en una fuente de información privilegiada para sus intereses políticos y de partido, hasta el punto de que la ha transformado en un chiringuito más del partido en el gobierno, que ha servido para perdonar deudas millonarias a sus amigos defraudadores mediante una amnistía encubierta, perseguir implacablemente al honrado ciudadano por meros errores en su declaración,  verter insinuaciones maliciosas frente a destacados miembros de la cultura que no les son afines, y ocultar sus propias vergüenzas para exonerar a los suyos de graves responsabilidades penales.
Los enfrentamientos entre la Agencia Tributaria y el juez Ruz se han convertido en la gota que colmó el vaso, al atribuirse aquella facultades para decidir lo que es o no es delito, cuando es competencia exclusiva del instructor, de la misma manera que éste no debe decidir si una determinada irregularidad fiscal es motivo o no de sanción administrativa. Pero comparar al PP con Cáritas, por el mero hecho de que ambas entidades formalmente gozan de los privilegios de las organizaciones sin ánimo de lucro, es tal dislate que insulta al sentido común de la mayoría de los ciudadanos, cuando ya sabemos  que el PP se ha convertido en un negocio muy lucrativo para muchos de sus dirigentes y allegados.
Es cierto que la Ley de Partidos Políticos deja exentas del pago del Impuesto de Sociedades las donaciones que reciban y sean destinadas a los fines propios del partido. Pero obviamente se está refiriendo a donaciones legales, transparentes, incluidas dentro de la contabilidad oficial auditada por el Tribunal de Cuentas, y que no excedan de los límites legalmente establecidos. Y, por supuesto, no incluye las donaciones obtenidas ilegalmente, procedentes supuestamente de comisiones pagadas por empresas con el objetivo de obtener a cambio concesiones de obras públicas, dinero negro puro y duro que tan solo se refleja en su contabilidad B, conseguido al estilo mafioso de los años 40 de Lucky Luciano. Por lo que darle el mismo tratamiento fiscal es todo un despropósito jurídico, alejado de los principios que deben presidir un Estado de Derecho decente, del que tanto queremos presumir.
Para que todos nos entendamos, el PP se financia de forma ilegal con dinero negro y no declarado, trata de blanquearlo repartiéndolo en sobre marrones a sus dirigentes y mediante la ejecución de obras en su propia sede, consensúa con el arquitecto ejecutor su entrega en B para que éste se ahorre el pago del IVA, convirtiéndose en colaborador necesario del fraude fiscal, y ahora pretende, con el apoyo de la Agencia Tributaria controlada por  el propio Cristóbal Montoro, que se le dé el mismo tratamiento que al dinero legal. Todo un escándalo, que en un país decente hubiese provocado su inmediata dimisión.
Pero como no hay dos sin tres, ahora sabemos que los beneficios del despacho fundado por Cristóbal Montoro, denominado actualmente Equipo Económico S.L., crecieron como la espuma en época de crisis cuando aquél lo abandonó para dedicarse de nuevo a la política y convertirse posteriormente en Ministro de Hacienda. Todo ello "casualmente" gracias al contrato millonario firmado con Madrid Network, empresa semipública de la Comunidad de Madrid, presidida por entonces Antonio Beteta, actual Secretario de Estado de Instituciones Públicas, dependiente del propio Cristóbal Montoro.  Un caso de tráfico de influencias de libro, tipificado en el artículo 428 del Código Penal, y penado con multa y prisión de seis meses a dos años, de esa que se tiene que cumplir cuando los hechos son socialmente reprobables y producen escándalo público, como le ha ocurrido a la propia Isabel Pantoja, que por mucho menos está en la cárcel.
Pico a la puerta, ¿está el Sr. Montoro?... No contesta, parece que se ha escondido en el cuarto de las escobas hasta que amaine el temporal. Y mientras tanto el PP y Don Mariano Rajoy dándonos a todos lecciones de honradez y exigiendo a los griegos que cumplan sus compromisos, cuando ellos hacen todo lo contrario a lo que prometen, meten la mano en la cartera del dinero público, y gozan de una impunidad escandalosa. Qué vergüenza.
                                               SinLaVenia/ DdA, XII/2953                                               

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