jueves, 12 de marzo de 2015

LOS MENDIGOS NO SON PERSONAS Y "LA BOTELLA" CONTRA LA "SOZIEDAD ALKOHÓLICA"

Ana Cuevas

"Los mendigos no son personas". Esta afirmación la hizo uno de los abogados del neonazi Javier Royo durante el juicio en el que estaba acusado por apalear con ensañamiento a un mendigo dentro de un cajero. Curiosamente, Javier Royo es uno de los okupas de un edificio en el zaragozano barrio de Las Fuentes que el grupo de ultras ha venido a denominar como "Hogar Social". Se me escapa a que clase de "personas" prestara socorro esta filantrópica banda cuya lista de antecedentes por violencia y agresión podría empapelar entera la basílica de El Pilar. 
Si tenemos en cuenta que indigentes y emigrantes no alcanzan la categoría de seres humanos, según su hitleriano baremo, la labor social que presuntamente desempeñan plantea muchas dudas. Como dudas plantea que no se haya producido el desalojo de esta peligrosa banda con la misma diligencia y contundencia que se hicieron con otros colectivos okupas de la capital como "El Paraguas".
Claro que los jóvenes que ocupaban El Paraguas pretendían algo insólito. Acondicionar un antiguo edificio abandonado propiedad de un banco para dar alojamiento a familias desahuciadas y en riesgo de exclusión. Sin atender al color de la piel, religión, ideología o extracto social. ¡Qué atentado a la razón! Sus buenas hostias recibieron los osados perro-flautas por su defensa pasiva del proyecto. 
En cambio, el "Hogar Social" de los neo-nazis sigue adelante pese a las denuncias, a su obscena apología del fascismo, la xenofobia y la violencia, sin que la delegación del Gobierno tome cartas en el asunto. Aunque, a su manera, ya las ha tomado. 
Hace unos pocos días, la organización ultraderechista MSR había programado un concierto neo-nazi en el "Hogar Social" de Las Fuentes.  A las protestas de los vecinos del barrio se sumaron las de un grupo de jóvenes anti-fascistas que fueron recibidos por los delincuentes al grito de "Sieg heil" mientras ejecutaban el saludo nazi. La cosa acabó como era previsible, en una batalla campal que se saldó con ocho heridos y quince detenidos, todos anti-fascistas.
Lo que más sorprende es que, en una trifulca de tales características, ningún neonazi resultara detenido ni imputado. La impunidad con la que actúan estos grupos en la capital aragonesa empieza a ser legendaria. Desde el "Hogar Social" se ofrece alojamiento y comida gratis a neonazis de todas partes del mundo para que puedan asistir a jornadas de formación en el racismo y otras lindezas similares. De nada sirve que los dueños del edificio hayan denunciado a la policía la ocupación. Y tampoco que se esté violando el código penal (que establece el delito de exaltación o apología del fascismo tipificado hasta con cuatro años de cárcel).
En Madrid, Ana Botella ha suspendido un concierto de Soziedad  Alkohólica por lo que ella define enaltecimiento del terrorismo. Tiene guasa la cosa, la Botella contra  Soziedad Alkohólica
Pero obviando el chiste malo. Si las letras de Soziedad  Alkohólica le parecen delictivas a la alcaldesa madrileña, ¿qué le parecerían estas otras?: "Juventud idiotizada por el rojo pensamiento, nuestra raza amenazada, por judíos y por negros./ Nuestro estado está ocupado por un gobierno sionista/Contra a el llevaremos a cabo ¡La guerra nacional Socialista!/ Como decían los antiguos, Estirpe guerrera de sangre pura./ Un grito nacionalista, contra los negros y la usura."
Como se puede ver, en Aragón no somos tan tiquismiquis. La delegación del Gobierno aragonés aboga por la libertad de expresión. Eso sí, la de los nazis. Libertad para delinquir y lanzar soflamas anti-constitucionales y xenófobas en sus conciertos. Y a quién no le guste que se aguante. Resulta evidente que la policía recibió instrucciones para defender la libertad de expresión de Javier Royo y sus camaradas. Gracias a la protección de la que gozan podrán seguir manifestando públicamente que los mendigos no son personas o que los negros son poco menos que un mono.
Se siente uno más tranquilo sabiendo que las autoridades velan con tanto celo por nuestros derechos ciudadanos. Siempre que seas blanco con denominación de origen y preferentemente facha. Al fin y al cabo, los demás, no son personas. ¿Cómo pueden pretender tener derechos?

DdA, XII/2946 

No hay comentarios:

Publicar un comentario