martes, 24 de marzo de 2015

LA DESVERGÜENZA DE ESPERANZA AGUIRRE CON SALVADOR MONEDERO

Félix Población

Como muchos otros lectores, supongo, no he podido eludir el rastreo de la información que publicaba hace unos días el diario El Mundo, de lo que el redactor de este periódico califica como una cita a ciegas entre Esperanza Aguirre y el padre de Juan Carlos Monedero en el bar propiedad de este último. Lo de cita a ciegas no se lo cree nadie, pues el reportaje huele tanto a incienso en pro de la exlideresa que deja casi en evidencia el acuerdo mutuo establecido para tal convocatoria entre el diario y doña Espe, sabedores las dos partes de que don Salvador Monedero es votante confeso de la condesa consorte de Bornos y Grande de España.

Algo de lo que publica el citado diario pudimos presenciarlo también por medio del correspondiente vídeo, en el que se resalta aún más el talante acuñado en la política de vieja usanza -entre caciquil y paternalista- que caracteriza a la señora Aguirre. Ese desparpajo populachero, entre chulesco y distante, que oficia de castizo y abusa tanto del embuste de baja estofa como del más supino cinismo. Ya saben que fue ella quien destapó la trama de la Gürtel, a pesar de estar rodeada por quienes están imputados en la misma e incluso están encarcelados por ello como Granados, su mano derecha.

Dejo a juicio del curioso lector la valoración de la charla que mantuvo con el bueno de don Salvador, a quien de seguro sí le sorprendió la cita, para pasar a preguntarme qué movió a la candidata a la alcaldía de Madrid para acudir a ese supuesto encuentro a ciegas al que se le ha dado propaganda tan favorable a la exlideresa. Demasiado amable se ha mostrado el padre de unos de los fundadores de Podemos cuando Aguirre le dijo: “Me he alegrado mucho de conocerle personalmente. Y ánimo. Pese a sus hijos, usted a lo suyo, que tiene unos nietos y tiene que mirar por ellos”. 

Eso sólo lo puede decir una política de la calaña de doña Espe, que se sirve del voto y/o de la simpatía de uno de sus electores para interferir de un modo burdo en sus sentimientos como padre. ¿A qué viene manifestarle ese sentimiento de pesar por los hijos de don Salvador como si hubieran cometido algún delito? ¿No debería ella sentirse a disgusto de su propia  desvergüenza? Yo, que don Salvador, meditaría la papeleta electoral en las urnas que vienen, porque eso define a su admirada Aguirre más que un programa político.

En esa línea de cinismo desbocado que caracteriza a la señora condesa consorte, ayer tuvo la desfachatez de afirmar que en Andalucía fracasó el Partido Popular por haber elegido a dedo al candidato a la Junta. Sólo espero que por la misma razón fracase Aguirre como candidata a la alcaldía de Madrid. La ciudad merece mejor suerte.


javierastasio2.blogspot.com|De Javier Astasio

                                        DdA, XII/2957                                          

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