Félix Población
Como muchos otros lectores,
supongo, no he podido eludir el rastreo de la información que publicaba hace
unos días el diario El Mundo, de lo que el redactor de este periódico califica como
una cita a ciegas entre Esperanza Aguirre y el padre de Juan Carlos Monedero en
el bar propiedad de este último. Lo de cita a ciegas no se lo cree nadie, pues
el reportaje huele tanto a incienso en pro de la exlideresa que deja casi en evidencia el acuerdo mutuo
establecido para tal convocatoria entre el diario y doña Espe, sabedores las dos partes de que don Salvador
Monedero es votante confeso de la condesa consorte de Bornos y Grande de
España.
Algo de lo que publica el citado
diario pudimos presenciarlo también por medio del correspondiente vídeo, en el que
se resalta aún más el talante acuñado en la política de vieja usanza -entre caciquil y paternalista- que
caracteriza a la señora Aguirre. Ese desparpajo populachero, entre chulesco y
distante, que oficia de castizo y abusa tanto del embuste de baja estofa como
del más supino cinismo. Ya saben que fue ella quien destapó la trama de la
Gürtel, a pesar de estar rodeada por quienes están imputados en la misma e incluso están
encarcelados por ello como Granados, su mano derecha.
Dejo a juicio del curioso lector
la valoración de la charla que mantuvo con el bueno de don Salvador, a quien de
seguro sí le sorprendió la cita, para pasar a preguntarme qué movió a la
candidata a la alcaldía de Madrid para acudir a ese supuesto encuentro a ciegas
al que se le ha dado propaganda tan favorable a la exlideresa. Demasiado amable
se ha mostrado el padre de unos de los fundadores de Podemos cuando Aguirre le
dijo: “Me he alegrado mucho de conocerle personalmente. Y ánimo. Pese a sus
hijos, usted a lo suyo, que tiene unos nietos y tiene que mirar por ellos”.
Eso
sólo lo puede decir una política de la calaña de doña Espe, que se sirve del
voto y/o de la simpatía de uno de sus electores para interferir de un modo burdo en sus
sentimientos como padre. ¿A qué viene manifestarle ese sentimiento de pesar por los hijos de don Salvador como si hubieran cometido algún delito? ¿No debería ella sentirse a disgusto de su propia desvergüenza? Yo, que don Salvador, meditaría la papeleta electoral en las urnas que vienen, porque eso define a su admirada Aguirre más que un programa político.
En esa línea de cinismo desbocado
que caracteriza a la señora condesa consorte, ayer tuvo la desfachatez de
afirmar que en Andalucía fracasó el Partido Popular por haber elegido a dedo al
candidato a la Junta. Sólo espero que por la misma razón fracase Aguirre como candidata a la alcaldía de
Madrid. La ciudad merece mejor suerte.
javierastasio2.blogspot.com|De Javier Astasio
DdA, XII/2957
No hay comentarios:
Publicar un comentario