Uno de los grandes crímenes perpetrados por el gobierno
estadounidense a lo largo de su historia lo constituye el apoyo y la
ayuda que desde el comienzo prestó a las hordas fascistas sublevadas
contra la República y, posteriormente, a la dictadura de Franco.
Lidia Falcón
La desvergüenza y el cinismo de algunos políticos superan con mucho
mi capacidad de comprensión. En estos momentos en que Estados Unidos ha
amenazado al gobierno de Nicolás Maduro asegurando que representa un
peligro para la seguridad nacional de su país, en España los dirigentes
populares y sus medios de comunicación sicarios y mercenarios del
capital siguen apoyando las mentiras y agresiones de EEUU contra
Venezuela. A la par que otros políticos que incluso se reclaman de
izquierdas, que demonizan el chavismo y la revolución bolivariana que se
está realizando en este país. Recuerdo las arrogantes afirmaciones de
Susana Díaz diciendo que si en España se pusieran en práctica las
medidas de reparto de la riqueza que propone Izquierda Unida estaríamos
como en Venezuela, convertido este país en símbolo de todas las miserias
y desgracias.
Y es que en España no hemos logrado que la memoria de nuestra propia
historia sea recordada con veracidad y enseñada y difundida desde las
escuelas y los medios de comunicación para el conocimiento de toda la
ciudadanía. De tal modo, en nuestro país se puede aceptar sin escándalo
que Estados Unidos sea ahora defensor de los Derechos Humanos. Las risas
que provocó en los periodistas asistentes a la rueda de prensa la
declaración de Jennifer Psaki, portavoz del Departamento de Estado,
diciendo que como “política de larga tradición Estados Unidos no apoya
transiciones por métodos anticonstitucionales. Las transiciones deben de
ser democráticas, pacíficas y legales”, debían haber sido gritos de
indignación.
Sin entrar a relatar los golpes de Estado que apoyó, organizó y llevó
a cabo el Departamento de Estado de EEUU, que sumieron en el crimen, la
miseria y el atraso durante décadas a Guatemala, República Dominicana,
Chile, Argentina, Uruguay, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Honduras,
Granada, y hace poco más de un año el de Ucrania, y por no hacer un
recorrido de las setenta guerras que han declarado, organizado, dirigido
y realizado los presidentes y las cúpulas militares de esa potencia en
el último siglo, querría recordar la infame relación que el gobierno
estadounidense ha sostenido con los gobiernos fascistas y en contra de
la democracia en España, desde la Proclamación de la II República.
A los dos meses del 14 de abril de 1931 la Banca Morgan lanzó un
ataque contra la peseta que obligó al gobierno a exportar cerca de 300
millones de pesetas-oro a Francia, a fin de defender la moneda española
en los mercados internacionales.
En 1932 el gobierno republicano intentó limitar los privilegios de la
ITT en la telefónica cuyo monopolio se lo había concedido el rey felón
Alfonso XIII durante la dictadura de Primo de Rivera. Pero en cuanto el
gobierno de los EE.UU. supo de semejante propósito, convirtiéndose en
garante de una compañía privada, amenazó con romper las relaciones
diplomáticas, para que quedaran intactos los intereses y privilegios
imperialistas de la ITT.
Uno de los grandes crímenes perpetrados por el gobierno
estadounidense a lo largo de su historia lo constituye el apoyo y la
ayuda que desde el comienzo prestó a las hordas fascistas sublevadas
contra la República y, posteriormente, a la dictadura de Franco. La
compañía norteamericana TEXAS Co. (una de las ramas de la Standard Oil)
había suscrito en 1935 un contrato para el suministro de petróleo a la
CAMPSA. En el marco de este contrato entre la TEXACO y el gobierno
español, cinco petroleros de la TEXACO se encontraban en alta mar,
camino de España, en julio de 1936. El norteamericano T. Rieber,
presidente en aquellos momentos de la compañía, viajó a Burgos en cuanto
tuvo noticia de la sublevación y puso su petróleo a disposición de los
generales fascistas sublevados, telegrafiando inmediatamente a los cinco
barcos de la TEXACO para que desviaran su rumbo y se dirigieran a un
puerto ocupado por los rebeldes fascistas. La TEXACO resolvió así a los
sublevados uno de sus más angustiosos problemas logísticos.
Según cifras publicadas por Herbert Feis, los envíos de petróleo
suministrados a crédito por la TEXACO a Franco desde julio del 36 hasta
el final de la guerra, alcanzaron los dos millones de toneladas. En
agosto de 1936, al consultar la compañía Glenn L. Martin al Departamento
de Estado sobre la conveniencia de cumplir un contrato, ya antiguo, con
el gobierno español, referente a la venta de 8 aviones, la respuesta
del gobierno yanqui señalaba a la compañía que la venta de esos aviones
no correspondía al espíritu de la política del gobierno. No contentos
con esta forma de presionar y de ahogar el comercio con la República
española, el 8 de enero de 1937, el presidente Roosevelt y su secretario
Hull hicieron aprobar la llamada “Ley de Embargo” prohibiendo el envío
de cualquier suministro de armamento y otros materiales estratégicos a
España. El mismo Franco, al conocer esta ley comentó: “El presidente
Roosevelt se ha portado como un verdadero caballero”.
La Ley de Embargo, que impidió la venta de suministros a la España
republicana, no impidió que la TEXACO suministrara a Franco las
cantidades de petróleo que he mencionado, ni que las compañías
Studebaker, Ford y General Motors suministraran a los ejércitos
franquistas mas de 12.000 camiones y otros vehículos, pagados también a
crédito. Esta ley no prohibió tampoco la presencia del representante de
la Standard Oil, Mr. Middleton -a través del cual se gestionaba el
suministro de petróleo, entre otras cosas- en Burgos, al lado del
gobierno franquista, durante la mayor parte de la contienda.
Al terminar la II Guerra Mundial, después de los acuerdos de Yalta,
España quedó fuera del Plan Marshall pero EEUU se posicionó claramente a
favor del régimen franquista. De tal modo el 26 de septiembre de 1953
se firman los tres convenios llamados el Pacto de Madrid por el que
Norteamérica concedía un crédito de 226 millones de dólares para
modernizar el Ejército español y se instalaban en nuestro país las bases
militares de Zaragoza, Morón de la Frontera (Sevilla), Torrejón de
Ardoz (Madrid) y Rota (Cádiz). En Rota la Armada acoge todavía la sede
de la VI Flota norteamericana que, durante más de una década fondeaba
periódicamente frente al puerto de Barcelona. Y en Pals (Gerona) se
instalaba una estación de transmisión de radio y de vigilancia de las
playas de la Costa Brava.
En 1959 el Presidente de los Estados Unidos Dwitgh D. Eisenhower
visita por primera vez España y es recibido en Madrid con
manifestaciones entusiásticas de contento, mientras se abraza a Franco
en El Pardo. Entre esa fecha y la muerte del dictador cinco presidentes
de EEUU vienen a nuestro país para mostrar su apoyo y afecto al
dictador. El 19 de diciembre de 1973 Carrero Blanco, Presidente del
Gobierno en aquel momento, un día antes de que ETA lo matara, se
entrevista en Madrid con el Secretario de Estado estadounidense
Kissinger, que había organizado el golpe de Estado del 11 de septiembre
contra Salvador Allende en Chile, para tratar de la entrada de España en
la OTAN y establecer el territorio español como una base militar de
EEUU en caso de una III Guerra Mundial.
Esta breve cronología de las excelentes relaciones y tratados de
amistad que EEUU ha realizado con la dictadura franquista, tiene como
colofón las declaraciones del Secretario de Estado norteamericano, el
general Alexander Haig, al producirse en España el Golpe de Estado del
23 de febrero de 1981, que afirmó que “el asalto al Congreso de los
Diputados es un asunto interno de los españoles”.
Mientras tales excelentes relaciones entre EEUU y España se mantenían
durante veintidós años, bajo la dictadura franquista el régimen
prohibía toda clase de elecciones, los sindicatos libres, los partidos
políticos, las asociaciones ciudadanas y estudiantiles, el Movimiento
Feminista, la libertad de expresión y de prensa, y se perseguía, se
detenía, se torturaba y se fusilaba a todos los opositores y las
opositoras políticas, sindicales y ciudadanas.
Mi tía Carlota O’Neill sufrió cinco años de prisión, desde 1936 a
1941, en el Penal de Victoria Grande de Melilla por ser la esposa del
capitán de aviación Virgilio Leret, fusilado por las tropas fascistas el
17 de julio de 1936, en la Base de Hidros de Mar Chica de Melilla.
Juana Doña fue condenada a muerte en 1947 y conmutada su pena por la de
30 años, por ser comunista. Juana Corzo O’Neill, mi tía, secretaria de
Dolores Ibárruri, penó 14 años de prisión por haber ayudado al Socorro
Rojo. Manolita del Arco, Soledad Real, Tomasa Cuevas sufrieron
interminables años de cárcel por ser comunistas. Julián Grimau fue
fusilado el 20 de abril de 1963 después de haber sido torturado y
arrojado a la calle desde una de las ventanas de la Dirección General de
Seguridad de Madrid, por ser comunista. Francisco Granados Data y
Joaquín Delgado Martínez fueron ajusticiados a garrote vil el 18 de
agosto de 1963, por ser anarquistas. El 2 de marzo de 1974 Salvador Puig
Antich es asesinado en Barcelona en el garrote vil, por ser anarquista.
Se calcula que fueron aproximadamente 250.000 los fusilados y
fusiladas en España desde 1939 hasta 1953, en que se tramitaron miles de
procesos en todas las provincias bajo el título de Causa General,
contra los y las que se consideraron republicanos. Los asesinados y
asesinadas en las cunetas, carreteras, pueblos y cementerios de España
que han sido documentados, se estiman en 150.000, los restos de los
cuales todavía están buscando sus allegados.
Muchos más miles de opositores y opositoras políticos fueron
detenidos, apaleados en los sótanos de las Jefaturas de Policía y
condenados a interminables penas de prisión, por los delitos de
asociación ilícita y propaganda ilegal, desde 1939 hasta 1975; y
veinticinco mil éramos los españoles y las españolas que estábamos en
libertad provisional por causas políticas cuando murió Franco, mientras
desde Eisenhower a Kissinger, los mandatarios norteamericanos visitaban
España y se abrazaban con él en Madrid. Todavía el 27 de septiembre de
1975, menos de un mes antes de fallecer el dictador, fusilaban a José
Humberto Sánchez Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz,
militantes del FRAP, y a Juan Paredes Manot (Txiqui) y Ángel Otaegui,
militantes de ETA, sin que se haya obtenido al menos una declaración de
condena de la dictadura franquista por parte del gobierno de ese país
llamado Estados Unidos de América del Norte, garante y defensor de los
Derechos Humanos en todo el mundo.
Por ello, resulta escandaloso que Barack Obama, Presidente de este
grande y poderoso país, se muestre tan inquieto y preocupado con la
defensa de los Derechos Humanos en Venezuela, y tome medidas
sancionadoras y amenazadoras contra ella, donde la vida transcurre
pacíficamente, donde los medios de comunicación opositores se
manifiestan todos los días agresivamente contra el gobierno, y donde las
cotas de violencia no alcanzan las de México, Colombia o Honduras. Y
que a pesar de que Venezuela es un país de 38 millones de habitantes con
un pequeño ejército, que nunca ha invadido ni declarado la guerra a
ningún otro, Obama se atreva a declarar que es “una amenaza para la
seguridad nacional de EEUU”.
Pienso que defensores de los Derechos Humanos en Chile, en Nicaragua,
en Guatemala, en Argentina, en Granada, en Panamá, en Paraguay, en
Honduras, en República Dominicana, pueden escribir un artículo igual a
este mío.
Caracas, 19 de marzo de 2015.
DdA, XII/2954
2 comentarios:
Una información estupenda y que debiera ser enseñada en los colegios, pero que se hace imposible por los colaboracionistas periódicos españoles que, además,nos martillean los oídos un día si y otro también diciéndonos que EEUU es el país de la libertad y de los patriotas orgullosos, que como dice Lidia Falcón es como para morirse de risa si no fuesen informaciones tan gravemente falsas,y eso de los patriotas orgullosos, esos que se ponen la mano en el pecho cuando oyen el himno de USA son como esos grandes patriotas españoles que llevan pulseras de la bandera española y que se creen que España es suya y luego tienen su dinero en Suiza,
En EEUU cuando se ha deslizado un nombre de algún marine muerto, suele tener de apellido Sánchez, Fernández o como mucho algún pobre Smith, los grandes patriotas no se mojan en las guerras que tienen abiertas en todo el planeta. Siga así Dña. Lidia, yo la he visto sufrir últimamente en ese programa del Sacerdote franciscano , por las tardes, a usted y a Gemma Galdón con esos contertulios fascistas que no la dejaban decir estas cosas que son, por lo que ahí se veía muy necesarias de decir.
Saludos cordiales a Lidia por su artículo y por esa vitalidad que parece siempre recién nacida.
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