José López
Como era previsible, la casta no se iba a quedar de brazos cruzados
viendo la fulgurante ascensión de la nueva formación política PODEMOS.
Desde hace varios meses muchos políticos y periodistas de los grandes
medios de comunicación (los cuales son un pilar esencial del sistema) se
han dedicado insistentemente a difamar todo lo posible a dicho partido
político y sus cabezas visibles. Nunca se había visto en la historia
reciente de España tal campaña de caza de brujas. Ni nunca se había
visto a un ciudadano que no ostenta ningún cargo público de
responsabilidad, ni lo ha ostentado, ni pretende ostentarlo, dar tantas
explicaciones sobre su trabajo particular. ¡En un país donde la
corrupción está a la orden del día, donde los corruptos y los
responsables públicos apenas dan explicaciones, cuando las dan!
Es
muy recomendable ver íntegramente la rueda de prensa dada por Juan
Carlos Monedero. Oyendo las preguntas que le hicieron la mayor parte de
“periodistas” uno puede deducir fácilmente que realmente no tienen nada
contra él. Auténtica vergüenza da ver a semejantes “periodistas” hacer
las preguntas que hicieron, Monedero apenas podía contener la sonrisa
ante alguna de ellas. Auténtica vergüenza da ver el doble rasero de
dichos profesionales de la prensa, cómo miran con lupa las actividades
laborales de un ciudadano sin ninguna responsabilidad pública mientras
hacen la vista gorda con la corrupción a gran escala de los responsables
públicos. Aún no hemos visto al presidente del gobierno dar una rueda
de prensa que se precie, tal como ha hecho Monedero, aportando
documentación, sin límites de preguntas, para explicar
pormenorizadamente toda la trama de corrupción de su partido. Un partido
que presuntamente ha tenido una caja B de financiación ilegal durante
años. Tan sólo alguna rueda de prensa sin preguntas, tras una pantalla
de plasma, algo bastante habitual en este gobierno, tan sólo unas pocas
preguntas pactadas con algún diario cómplice, tan sólo respuestas
evasivas. Por supuesto, nada de que algunos de los “agraciados” por
salir en la lista Falciani nos expliquen por qué tienen su dinero en
Suiza. No digamos ya en cuanto a la jefatura del Estado. No olvidemos
que el Rey Juan Carlos I apareció en la revista Forbes con una supuesta
fortuna difícil de justificar en base al sueldo recibido durante su
reinado. El gran problema para los “políticos” y “periodistas” de este
país se llama PODEMOS. ¡Como si este país estuviera libre de
problemas! El sistema se pone en evidencia. Y cada vez más. Es un deber
inexcusable de todo ciudadano aportar su grano de arena para que
nuestros conciudadanos sean conscientes del sistema que tenemos, de la
imperiosa necesidad y posibilidad de superarlo, con toda humildad pero
también con insistencia. Cualquier ocasión debe ser aprovechada por
quienes intentamos cambiar las cosas.
Y es que vivimos en un mundo al revés. Quienes dan explicaciones no
tendrían por qué hacerlo. Quienes deberían darlas no lo hacen. Quienes
perdonan las grandes deudas con Hacienda a los grandes defraudadores se
dedican a usar el Estado para sus luchas políticas partidistas acusando
públicamente a un ciudadano de incumplir sus obligaciones tributarias,
incumpliendo de paso la ley. Quienes exigen a los demás cumplimiento de
la ley la incumplen sistemáticamente a su antojo. Quienes ostentan más
responsabilidad son quienes menos responden. Quienes acusan a otros que
no han gobernado de cambiar su programa político se han dedicado a
incumplir el suyo al gobernar, de paso vaciando de contenido a la escasa
y pésima democracia que tenemos. Quienes se autoproclaman como
demócratas mandan apalear en las calles a pacíficos ciudadanos que
reivindican más y mejor democracia, o pan, trabajo y techo. Quienes
pretenden advertirnos del peligro que se avecina para la democracia si
votamos a PODEMOS bien que se guardan de consultar al pueblo
sobre los asuntos más importantes que le conciernen (reforma
constitucional exprés para priorizar el pago de la deuda sobre los más
elementales derechos humanos, Monarquía vs. República,…), le dan la
mínima voz posible, voz que luego ni escuchan pues la ley les permite
incumplir el mandato popular, lo cual desvirtúa por completo a la
democracia, pues de qué sirve votar a alguien si luego hace lo que le da
la gana, si no responde por su mandato. Se rescata a la banca mientras
se desahucia a la ciudadanía. Se protege a los principales culpables de
las crisis mientras se deja desvalidas a sus víctimas. Se hace pagar más
impuestos a los pobres que a los ricos, más a las personas físicas que a
las jurídicas. Tenemos un sistema donde la gente está al servicio de la
economía en vez de al revés. Un sistema donde el poder político es
controlado por el poder económico en la sombra, parapetado tras el ídolo
llamado “mercados”, en vez de al revés. Un sistema donde los gobiernos
se sirven del pueblo, en vez de servirlo. Una “democracia” donde se
gobierna para ciertas minorías en vez de para la mayoría. Una sociedad
donde son los profesionales más mediocres y obedientes los que
ascienden. Etc., etc., etc.
Como bien decía Monedero en la rueda de prensa, hemos llegado a tal
punto de sinsentido que se necesitan jueces héroes, economistas héroes,
militares héroes, políticos héroes, periodistas héroes (qué manera tan
elegante de criticar a los que tenía delante de sus narices), ciudadanos
héroes,…, que se enfrenten al (des)orden establecido para que las
cosas, por lo menos, no degeneren demasiado. Es claro que se necesita un
cambio profundo, radical, de raíz. El mundo debe ser puesto del revés
para que lo lógico sea lo normal, para que el sentido común deje de ser
el menos común de los sentidos. Y en ese cambio debemos participar
todos. Es una inmensa labor que no puede ser llevada a cabo por cuatro
personas. Nunca había tenido en mi vida más claro a quién votar en las
próximas citas electorales. Tenemos que conseguir que la mayor parte de
la gente lo tenga claro. Sólo el mundo podrá volver a ser puesto del
revés si la mayoría de la gente que forma parte de él contribuye a
ello. El mundo lo hacemos entre todos. No todos tenemos la misma
responsabilidad, pero nadie está libre de culpa. Todos podemos hacer
algo.
DdA, XII/2929
No hay comentarios:
Publicar un comentario