martes, 20 de enero de 2015

TRABAJÉ EL AIRE/ SE LO ENTREGUÉ AL VIENTO

Lazarillo

Se han cumplido ya siete años desde la ausencia de Ángel González, el más sobresaliente de los poetas nacidos en Asturias durante el pasado siglo, en opinión de este Lazarillo, y sin que la Fundación que iba a llevar su nombre haya sido posible en esa región por intereses totalmente ajenos al entendimiento y admiración de la personalidad y obra de González. Esto es, ajenos a la cultura y a la memoria del poeta. Al tiempo que deploro una vez más la falta de sensibilidad del gobierno de esa comunidad para llevar adelante ese proyecto, con la posibilidad de que el legado del poeta se afinque definitivamente en el exilio (Universidad de Nuevo México, de la que fue profesor muchos años), aprovecho este aniversario (falleció el 12 de enero de 2008) para mandarla un abrazo a quien compartió su vida con él, Susana Rivera, profesora asimismo en aquella universidad, y recitar una vez más y muy interiormente este poema. Las palabras son aire y van al aire:

Trabajé el aire,
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.

Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.

Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.

...Y mi corazón
que se queda en ellos.


+@La Cátedra Ángel González edita la primera revista científica de poesía contemporánea española.

DdA, XII/2901

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