Lazarillo
Leo que el grupo de información policial encargado del caso de la reyerta masiva
entre miembros del Frente Atlético y de los Riazor Blues maneja
grabaciones de calidad en las que se pueden determinar los rostros de
los implicados en el lanzamiento al río Manzanares de un seguidor del
Deportivo. Las imágenes proceden de diferentes dispositivos móviles de
protagonistas de la pelea, cuyo destino probable sería posteriormente
las redes sociales. No se descartan, por eso, nuevas detenciones en el día de hoy
en Madrid o en A Coruña, cuando la Policía localice a más implicados en
la riña tumultuaria, entre los que podían estar los autores de la paliza que costó la vida de Francisco Javier Romero Taboada. Teniendo en cuenta que no se trataba de jovencitos y que la edad media de los concurrentes a la refriega sobrepasaba los treinta años, es como para alarmarse por el grado de atrofia o alteración mental que puede afectar a esas pandas de energúmenos o a quienes las manejan, capaces de emplear sus dispositivos móviles en exponer a ojos vista el nivel de su barbarie, que no es otro que el de su propio desvarío. Y todavía quienes los han acogido y acogen en los estadios de fútbol se lo piensan antes de expulsarlos.
Puntos de Página
MEMORIA
Los dos señores de la foto son holandeses, de Varsseveld, muy cerca de
la frontera alemana. El de la izquierda se llama Guus Hiddink y es un
entrenador de fútbol que ha trabajado en equipos y selecciones
nacionales de todo el mundo. En febrero de 1992, cuando entrenaba al
Valencia CF, se negó a que comenzase un partido entre su equipo y el
Albacete CF hasta que no se retirasen de las gradas diversos símbolos
nazis que portaban seguidores de su club. Y lo consiguió.
El
señor de la derecha se llamaba Gerhardus Hiddink. Conoció los desastres
y penalidades de la Segunda Guerra Mundial causadas por los nazis en su
país, invadido en mayo de 1940. Ayudó activamente a la resistencia
neerlandesa manteniendo ocultas a varias familias judías y
facilitándoles cartillas de racionamiento; fue condecorado por
estadounidenses y británicos por esconder a paracaidistas de esas
nacionalidades. Vivió lo suficiente para saber que su hijo había
asimilado a la perfección varias de las lecciones que él le transmitió. Rubén Medina
DdA, XI/2860
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