jueves, 11 de diciembre de 2014

EL PORTAL DE LA TRANSPARENCIA ES LA CUEVA DE ALÍ BABÁ PRESENTADA COMO PORTAL DE BELÉN

Jaime Poncela

Ayer me asomé al Portal de la Transparencia del Gobierno y ví dentro de él el alma de Rajoy. Me dió repelús encontrarme con esa visión, pero después pensé que la cosa tiene sentido porque este nuevo engendro administrativo es producto del alma de quien lleva más de tres años gobernando a base de mentiras completas, medias verdades, frases sin acabar y la lectura minuciosa del Marca como todo soporte intelectual. El Portal de la Transparencia es un invento que se ha sacado de la manga uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia para hacernos creer, a un año escaso de las elecciones autonómicas, que este es un país parecido a Noruega o Suecia donde un ministro dimite por no recoger la caca de su perro en una acera o por copiar en los exámenes. Para que no se vea la mierda que tienen entre las uñas este gobierno, este PP y algunos otros que le rondan Rajoy, su vicepresidenta la menina y otros asesores aúlicos han ideado esta manicura populista (cuidado con los populismo, le dicen a Pablo Iglesias todos estos) que traza de embellecer las zarpas de una Administración que bendice  sueldos de menos de 600 euros y ha dejado en el paro a millones de personas.
El portal de transparencia es un producto más del alma cínica del Rajoy, como lo es sacarse ahora de la manga un cheque bebé (tildado de despilfarro cuando lo hacía ZP) o unas ayudas a los parados de larga duración que fueron rechazas cuando hace unos meses las solicitaron los partidos de la oposición. El portalón de Rajoy es otra añagaza más con que se trata de crear el espejismo de una democracia perfecta. Trampa. ¿De qué me vale a mi saber que el presidente de la SEPI (antiguo INI) gana más de 200.000 euros al año? Lo han hecho público ¿y qué? ¿Vamos a poder conseguir los que ese sueldo sea rebajado a la mitad o a la cuarta parte? No. En la proclamación del rey Felipe VI se gastaron 66.000 euros en canapés que, entre otros, sirvieron para agasajar a Mariló Montero y el caradura del tan jaleado Nicolasete, el espía de Montaplex (referencia viejuna para la los de mi generación). ¿Van a devolvernos el dinero? ¿Nos mandarán las sobras a casa para la cena de Nochebuena? Tampoco.
El portal de la transparencia es en realidad la cueva de Ali Babá presentada como el portal de Belén. Los ladrones se disfrazarán de pastorcillos melancólicos y humildes mientras que Cospedal y Montoro, los ángeles exterminadores, pasarán unos meses hacièndo de arcángeles que anuncian la buena nueva, y los presidentes del Santander, el BBVA y Bankia harán de reyes magos que agradecerán las atenciones recibidas en estos años llevando sus presentes al Portal.
El portal de la transparencia es un añadido más a la tragicomedia española cuando están a punto de liquidar al juez Ruz, el que tienes las llaves de ese otro portal que tratan de fregar a toda  prisa la Cospedal y los suyos para nunca sepamos que se hizo en el PP con los sueldos cobrados en negro o la caja “B” que sufragó las obras de su sede de Madrid y algunas otras. Cuando me enseñen quien vivía en ese portal, quien era el presidente de la comunidad de vecinos y el portero del inmueble, creeré entonces que hay alguna esperanza para la transparencia real, la que pedimos los de esta parte de la calle, los del portal de enfrente.

Artículos de Saldo  DdA, XI/2868

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