Antonio Aramayona
Tengo atravesadas unas palabras de Cospedal que no me dejan descansar mientras no las escriba aquí: declaró desde su rostro de esfinge que el PP no podía hacer más de lo que ha hecho en relación con la corrupción, pues no es su competencia juzgar y encarcelar. Y refiriéndose a la mediación de Aznar en unos negocios de la empresa Abengoa en la Libia de Gadafi afirmó que “LO QUE ES LEGAL ES LEGAL”. En otras palabras, en tal caso legal son la LOMCE, la próxima ley-mordaza, la actual ley hipotecaria sobre desahucios, los centenares de indultos concedidos por el Gobierno, los recortes en sanidad, los recortes en educación, la ley de Reforma Laboral, la depauperación de las pensiones… Todo lo que consta como ley es legal y como el buen ciudadano ha de respetar la legalidad, el buen ciudadano debe abstenerse de criticar, combatir o poner en tela de juicio la legalidad vigente, a no ser que sea cambiada por los “legítimos representantes de la ciudadanía”, el Parlamento, que muy a menudo se ha encargado de hacer y deshacer leyes al gusto y según los intereses de los verdaderos poderes político-financieros.
Tengo atravesadas unas palabras de Cospedal que no me dejan descansar mientras no las escriba aquí: declaró desde su rostro de esfinge que el PP no podía hacer más de lo que ha hecho en relación con la corrupción, pues no es su competencia juzgar y encarcelar. Y refiriéndose a la mediación de Aznar en unos negocios de la empresa Abengoa en la Libia de Gadafi afirmó que “LO QUE ES LEGAL ES LEGAL”. En otras palabras, en tal caso legal son la LOMCE, la próxima ley-mordaza, la actual ley hipotecaria sobre desahucios, los centenares de indultos concedidos por el Gobierno, los recortes en sanidad, los recortes en educación, la ley de Reforma Laboral, la depauperación de las pensiones… Todo lo que consta como ley es legal y como el buen ciudadano ha de respetar la legalidad, el buen ciudadano debe abstenerse de criticar, combatir o poner en tela de juicio la legalidad vigente, a no ser que sea cambiada por los “legítimos representantes de la ciudadanía”, el Parlamento, que muy a menudo se ha encargado de hacer y deshacer leyes al gusto y según los intereses de los verdaderos poderes político-financieros.
Cospedal y cuant@s forman parte de la
caspa (no solo casta) política actual olvidan culposamente que el
comportamiento ético no se sustenta en el cumplimiento de la legalidad de las
leyes existentes (Kant se refiere a una legalidad muy distinta en su Crítica de
la Razón Práctica), sino que las leyes existentes deben sustentarse para cobrar
legitimidad en los derechos humanos fundamentales y en las libertades cívicas
básicas. El comportamiento ético se nutre de la conciencia personal como faro
por antonomasia, en los valores esenciales que la humanidad ha reconocido y
declarado en la Carta Universal de los Derechos Humanos.
La señora Cospedal, como tant@s otr@s
polític@s, habla solo de leyes que están en Códigos y se imponen gracias a
mayorías absolutas o a negociaciones no raramente turbias. Lo que es legal
puede ser todo lo legal que se quiera, pero sobre todo debe ajustarse a los
valores éticos y a la conciencia ética. Por eso estoy desde hace más de 17
meses en un portal de una vivienda de una Consejera Autonómica de Educación,
pasando frío y cierzo. No podría vivir sin aire, sin agua y sin las 25
pastillas diarias prescritas por mi admirado cardiólogo. Mucho menos me sería
posible vivir sin escuchar a mi conciencia ética, a mi indignación por tan
irracionales e inhumanos recortes. Cospedal, quousque tandem abutere patientia
nostra? (¿hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia?). Cospedal, es un alivio para
mí quedar fuera de tu legalidad.
Hace un año, me dirigía una mañana
soleada a Toulouse para ver a Daniel, recién llegado a la vida. “La vida es
bella, ya verás….”. Muchas felicidades. Te quiero.
Puntos de Página
+@Indicios de que Cospedal y el PP utilizan a un testaferro para espiar las investigaciones del juez Ruz
Diario de un Perroflauta Motorizado / DdA, XI/2836
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