miércoles, 22 de octubre de 2014

¿LEYÓ FRANCISCO NICOLÁS "EL BUSCÓN"?: "...QUIEN NO HURTA EN EL MUNDO NO VIVE"

Esperanza Ortega

Estoy viendo una foto de Francisco Nicolás: tiene aspecto de niño relamido,  con cara de no haber ido nunca a una manifestación, como le gustan a Cifuentes. Además, parece que le acompañaba la elocuencia barata de los charlatanes. No hubiera necesitado esa elocuencia de haber nacido en el Viso, pero es cualidad imprescindible para los que han nacido en Prosperidad y desean hacer honor al nombre de su barrio.  No era buen estudiante –eso le invalidaba para presentarse a las elecciones por Podemos- así que se matriculó en el CUNEF, gracias a un enchufe del actual secretario de Estado de Comercio -que fue profesor de este Centro privado de Estudios Financieros-, y orientó su carrera política en un ppartido acorde con sus aspiraciones. Acertó en la elección, incluso compartía modales con algunos de sus dirigentes, como la costumbre de saltarse las señales de tráfico –para eso se había hecho con una sirena de la policía- Ya sabemos, por el ejemplo de Esperanza Aguirre, que la falta de respeto a las normas municipales es rasgo propio de quienes descienden de buena estirpe. Todo empezó como un juego cuando tenía solo 15 años. Entonces le organizó a Aznar una conferencia en la FAES y llenó la sala hasta rebosar de “chicos de buenos colegios”. Sentado a la vera del Presidente, según aparece en la foto, pergeñaría su “florida ideación delirante de tipo megalomaníaco”. ¿Por qué no iba a llegar él mismo a Presidente? Y podía haberlo conseguido. Ni siquiera tuvo que utilizar el photoshop para aparecer al lado de políticos como Botella, Rato, Cañete, Aguirre, Oreja…y de empresarios como Arturo Fernández o intelectuales como Vargas Llosa.  Hasta fue invitado de Felipe VI –cuentan que Antonio López ha recibido la orden de eliminarlo del cuadro de la familia real, pero eso no está confirmado-. Tampoco tuvo que desnaturalizarse ni fingir, porque  su amor a los coches, a las discotecas, al marisco, a los vinos de reserva y al dinero fácil, en ese ambiente, son la mejor tarjeta de visita. ¿Había leído “El Buscón”, con cuyo protagonista guarda tantas similitudes? Habría leído en la E.S.O algún fragmento del principio de la obra de Quevedo, aquel en que su padre adoctrina al futuro pícaro:  Hijo, esto de ser ladrón no es arte mecánica, sino liberal (…) quien no hurta en el mundo no vive”. Para saber que en la política hay que arrimarse a los poderosos y que es fácil pasar por uno de ellos porque no tienen ni honra ni cultura ni mérito ninguno tampoco necesitaba leer mucho más; a un joven tan despierto le basta con ver el telediaro. Pero Francisco Nicolás corría demasiado, ya se sabe cómo son las nuevas generaciones al volante. Más le hubiera valido continuar cultivando la amistad de esos personajes de novela picaresca con los que ya se codeaba y, una vez terminados sus estudios “financiaros”, con su don de gentes, hubiera sido designado asesor de cualquier ministerio, y con su tren de vida pronto le hubieran elegido directivo de una Caja de Ahorros donde él mismo se hubiera regalado una tarjeta para gastar a discreción. ¿Que a lo mejor un día se habría sentado en el banquillo? Es poco probable, y en ese caso, ya tendría en Suiza el dinero suficiente para pagarse buenos abogados que demostrarían que había actuado legalmente y que, en cualquier caso, sus delitos ya habían prescrito. Ahora, en cambio, su rescate parece imposible. Tendrán que buscar otro candidato. Una pena.

El Gobierno nos ha intentado vender que sus acciones son necesarias, que hay que ser realistas, que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Intentan liberar de responsabilidad a los verdaderos culpables de nuestra situación, y trasladan el deber y el peso de la crisis sobre la conciencia colectiva. Mientras vemos cómo asfixian con recortes, cómo destruyen la educación, la sanidad, el sistema de bienestar en definitiva, cómo la situación precaria se vuelve normal e incluso "buena" según el Gobierno, ellos son intocables en sus despachos y con los bolsillos llenos. Ellos sí que están viviendo muy por encima de sus posibilidades. 
Se os acaba el chollo. Buenos días.

El Roto

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