jueves, 21 de agosto de 2014

AMOR AL RÍO ESVA


Félix Población
 

Se le llama Descenso Ecológico del río Esva porque los 250 participantes que surcaron sus aguas el pasado sábado, en todo tipo de ingenios flotantes a lo largo de cinco kilómetros, están empeñados en una ejemplar competición: preservar su caudal de todo aquello que pueda afectar la limpieza de las arriscadas corrientes que lo nutren.

La idea se puso en marcha hace ahora veinte años, justamente, por iniciativa de la Asociación de Vecinos del Valle de Paredes y como expresión de rechazo a una mina de feldespato a cielo abierto. Su objetivo, por lo tanto, es el de concienciar la defensa y protección del medio ambiente, especialmente sugestivo en muchos de los parajes por los que discurre el Esva, sobre todo cuando traza sus magníficas hoces, abismadas entre casi 500 metros de impresionantes paredes cubiertas de robledal. 

Lo pude comprobar, sudar y disfrutar en una reciente ruta por esas trochas, pocos días antes del Descenso Ecológico, partiendo de la localidad de San Pedro de Paredes, con regreso por Bustiello hasta el propio lugar de salida y tras salvar una inicial y prolongada pendiente que nos lleva hasta el alto mirador de las brañas vaqueiras. El esfuerzo se nota, sobre todo, porque es al principio del camino y pilla en frío al andariego.

Desde arriba, en un día claro como el de nuestra jornada, se puede disfrutar de la panorámica impresionante de las montañas, con el azul del mar de fondo más allá del perfil de las boscosas laderas y el verdor de los prados. La reconfortante y despejada perspectiva, que normalmente cierra la niebla, hace que nos olvidemos de la trabajosa andadura, sentados al pie de una de las sólidas cabañas de piedra que se asoman a los valles.

Se da la coherente circunstancia de que las nutrias saben valorar la dedicación con la que la citada asociación vecinal cuida el Esva. Se trata del río de Europa con mayor número de nutrias en sus aguas, por lo que no es difícil que los senderistas dotados de una mínima paciencia y capacidad observadora puedan ver, mientras caminan por sus riberas a la sombra de los alisos, alguno de estos graciosos mustélidos.

Ante el pulcro cauce del Esva y el ejemplo que nos ofrecen los vecinos de Paredes con su anual competición ecológica, sienta bien imaginar una actitud semejante para con todos los ríos de Asturias y hasta del planeta, aunque tan solo fuera como reconocimiento de amor y gratitud a las fuentes de la vida que los ríos derraman allí donde nacen y allá por donde discurre su eterna estrofa de agua.


                        DdA, XI/2.773                   

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