Ana Cuevas
Crecí
escuchando de boca de mi padre el Holocausto al que fueron sometidos
los judíos durante la segunda guerra mundial. Ese relato de horror, la
sinrazón que exterminó millones de vidas de hombres, mujeres y niños me
hizo descubrir el lado más cruel de la naturaleza humana y empatizar con
un pueblo que había sido el primer objetivo de la locura asesina del
nazismo.
¿Cómo entender
ahora el comportamiento de los descendientes de esas víctimas con el
pueblo Palestino? Los cuerpos destrozados de los niños se multiplican en
ese enorme campo de concentración a cielo abierto mientras los
israelíes observan desde lo alto de una colina el macabro
espectáculo festejando la lluvia de fuego y muerte que su gobierno lanza
sobre Gaza.
El origen
de esta última ofensiva parece ser el secuestro y asesinato de tres
adolescentes judíos a manos de Hamas. Ojo por ojo, diente por diente.
Pero cada globo ocular o incisivo hebreo perdido se paga con un rimero
de cadáveres palestinos. ¿Defensa propia? He leído que una semana antes
del secuestro de los tres jóvenes el jefe del Mossad lanzó una
inquietante pregunta en un periódico: ¿Qué pasaría si tres adolescentes
israelíes fueran secuestrados en una de las colonias? ¿Acaso se trata de
un profeta, un visionario? Mi escepticismo me lleva a pensar que
algunas casualidades no existen. Y esta es una de ellas.
El gobierno de
Israel necesita seguir alimentando la matanza y no escatima en mentiras
para hacerlo. Los motivos son de variada índole, principalmente
políticos. Conseguir el apoyo de los más radicales y belicistas, ocultar
con una cortina de misiles y una sangría de muertos los asuntos turbios
de sus mandamases, probar las armas que fabrican y darles salida en el
coto de caza particular en la que han convertido el territorio de Gaza. Y
sobre todo, evitar el reconocimiento del Estado Palestino extendiendo
el calificativo de terroristas a todos los ciudadanos de la franja. No
están matando criaturas, a su criterio, sino potenciales miembros de
Hamas a los que hay que erradicar antes de llegar a ser adultos.
En el 2009, un programa de ¿humor? de la televisión de Israel, llamado "Un país maravilloso",
satirizaba el conflicto atribuyendo puntos por cada muerto palestino.
Deben haber perdido ya la cuenta. Igual que la humanidad y la memoria.
Porque es inevitable recordar, al menos yo lo hago, como el nazismo
justificó el exterminio satirizando a los judíos, mostrándolos ante la
opinión pública como seres infrahumanos que merecían el trato recibido.
Pero la comunidad internacional define como guerra lo que no deja de
ser una carnicería que siguen sumando puntos para el poderoso Estado de
Israel. El propio Obama legitimiza la masacre. Y el resto del mundo
contemplamos desde nuestras insensibles atalayas los cuerpos mutilados
de los palestinos como si se tratara de una representación gore e irreal
que apenas nos incumbe.
¿Es Hamas quien fabrica terroristas? Cuando se
crece con el hostigamiento continúo, cuando tus padres, hermanos e hijos
son masacrados ante la indiferencia internacional (ya hay familias
enteras que han perecido en los bombardeos), cuando arrinconan a tu
pueblo entre el fuego y el mar con el propósito de borrarlo de la faz de
la tierra... ¿qué cabe esperar? ¿Defensa propia? ¡Y una mierda!
Puntos de Página
+@ La cínica equidistancia de Amnistía Internacional
7 Nobel de la Paz piden aplicar a Israel un embargo de armas como en el 'apartheid'
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/134599-nobel-piden-israel-embargo-armas-apartheid
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/134599-nobel-piden-israel-embargo-armas-apartheid
DdA, XI/2.752
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