martes, 24 de junio de 2014

MULTAS Y TRIBUNALES A UN PERROFLAUTA MOTORIZADO POR LA ESCUELA PÚBLICA Y LAICA

Lazarillo

Aparte de enviar el siguiente artículo a aquellos medios de comunicación que respondan en un ejercicio cabal de profesionalidad a la pluralidad opinativa y lo publiquen, me comenta Antonio Aramayona que el "caso del perroflauta motorizado" puede salir a relucir hoy en el mismísimo Congreso de los Diputados a través de una interpelación al Gobierno por parte de Izquierda Unida. Cabe asimismo la posibilidad de que aparezca también una entrevista con Aramayona en El Diario.es, uno de los medios de comunicación electrónicos con más solvencia profesional actualmente, que paliaría en parte la desatención que a esta noticia se le ha dado en la mayoría de sus colegas, incluso dentro de la propia ciudad de Zaragoza. Asimismo esta mañana, Aramayona y sus compañeras Marga y Marisol estarán acompañados por la visita solidaria del eurodiputado de Podemos Pablo Echenique, que ya estuvo con ellos el pasado día 3 ante el portal de la consejera de Educación del gobierno aragonés. Sería deseable, a todos los efectos, que estos brotes de información, comunicación y solidaridad fueran tenidos en cuenta por quienes van a llevar a los tribunales el próximo 3 de julio al Perroflauta Motorizado de Zaragoza, un dignísimo profesional jubilado de la enseñanza y un ciudadano ejemplar, merecedor del máximo respeto debido a su derecho a la libertad de expresión y al solidario corazón que lo mueve, muy delicado de salud. Apreciemos una vez más las razones y personalidad de Aramayona en su artículo:


El tres de junio de 2013 me aposté por primera vez en el portal de la vivienda de la Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, en defensa de la escuela pública y laica, y como denuncia de los recortes perpetrados en educación desde esa Consejería y desde el Ministerio de Ignacio Wert. Desde aquella fecha hasta el día de hoy (más de un año), no he faltado una sola mañana, de lunes a viernes, de 11 a 13 horas, salvo en dos ocasiones en que mi mala salud de hierro me ha dejado en la cama de un hospital por unos cuantos días.

Fernando, un buen amigo, médico y directivo de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, me puso el nombre de “perroflauta motorizado” (“perroflauta”, por estar todos los días con un cartel en la calle de una céntrica calle peatonal de la ciudad de Zaragoza, aunque no tenga ni perro ni flauta; “motorizado”, porque desde hace siete años me desplazo en silla de ruedas con motor) y desde entonces escribo cada día un retazo más de lo que ha pasado en la jornada en “Diario de un perroflauta motorizado”. Soy también profesor jubilado de filosofía y ética en varios Institutos de Secundaria de Madrid y Zaragoza, y quiero seguir pensando que cada mañana sigo enseñando ideas y valores al estar en la calle en defensa de la escuela pública y laica. De hecho, Aristóteles enseñaba a sus alumnos al aire libre y paseando, y los cínicos vagaban, tomaban el sol, debatían y manifestaban su forma de ver la vida en las calles y las plazas de la gran Atenas de hace 2.400 años.

De momento, cargo con tres sanciones (la primera, de 200 euros, más otros 40 de recargo por no pagar; el resto, están pendientes de resolución judicial) y estoy citado el próximo tres de julio a un juicio por lo penal por “desobediencia a la autoridad”, pues me he negado, siempre desde la racionalidad, el civismo y la noviolencia, a retirarme del portal donde reside la Consejera aragonesa de Educación.

Asimismo, además de negarme a pagar, he decidido no alegar ni recurrir esas y otras posibles sanciones venideras, pues considero que la institución sancionadora (en este caso, la Delegación del Gobierno en Aragón) está demoliendo sistemáticamente la escuela pública y laica, y está atentando directamente contra una serie de derechos humanos y libertades ciudadanas fundamentales (en este caso, el derecho a una educación universal, pública y laica, sin discriminaciones y en igualdad de condiciones). Por ello, no puedo ni quiero ni debo considerar dotados de legitimidad a estos gobernantes ni reconocer su presunta potestad de sancionar legítimamente una conductas que se limitan a defender públicamente la escuela pública y laica, y a denunciar los recortes perpetrados en este ámbito.

Hay quienes lo llaman “escrache”, pero el verdadero escrache consiste en colarse en las cocinas, los dormitorios y las salas de estar de muchos hogares españoles que no pueden costear, por ejemplo, el comedor escolar, los libros de texto o el material escolar, o las tasas universitarias que impiden que sus hijas e hijos puedan continuar estudiando. El verdadero escrache es atiborrar las aulas de un alumnado que a menudo necesita atención especial, disminuir el número de profesores, reducir servicios y presupuestos, favorecer abiertamente la enseñanza privada, principalmente confesional, y contentar a los obispos católicos equiparando y embutiendo horas lectivas de creencias en lugar de horas lectivas destinadas a conocimientos racionales y científicos. Llama mucho la atención la sensibilidad que algunas personas manifiestan con unas autoridades supuestamente “acosadas y perseguidas” en un presunto escrache y, en cambio, no dicen ni mu cuando un niño se desmaya a la entrada del cole por no haber podido cenar y desayunar o cuando una familia que vive con 450 euros mensuales debe pagar más del doble en libros y cuadernos al inicio del curso escolar.

He asistido a muchas manifestaciones y concentraciones, he redactado y apoyado muchos escritos en defensa de la escuela pública y contra los desmanes cometidos regularmente por distintos gobernantes. Durante una temporada ocupé también Bancos, Cajas, Delegaciones de Hacienda, pero observé que nada de eso hace daño al poder instituido (daño, nunca violento, solo en el sentido de efectividad y contundencia). Por eso resolví permanecer cada mañana, de lunes a viernes, en el portal de la vivienda de una Consejera de Educación de este país. Y mantengo la esperanza de que un día prenda la mecha y haya muchos “portales” en muchas ciudades defendiendo los derechos y las libertades de la ciudadanía y denunciando la demolición sistemática de los mismos. En cualquier caso y ocurra lo que ocurra, siempre nos restarán la huelga general indefinida y la desobediencia civil, polícroma, noviolenta y ajustada a cada circunstancia.

Trece meses ininterrumpidos lleva ya apostado un perroflauta motorizado en el portal de una autoridad responsable en su Comunidad del penoso estado de la educación pública. Allí estará mientras le resten fuerzas y vida. Poco o nada tiene que perder, y sí mucho que ganar, pues pueden embargar su pensión y sus enseres, pero jamás su libertad y su dignidad.

Para más información sobre el asunto, pueden verse, entre otras muchas entradas en Google:



                                     DdA, XI/2.737                                   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Temen que España se llen de portales como el de Zaragoza.

Anónimo dijo...

Temen que España se llene de portales como el Zaragoza, en paz y de palabra.

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