Félix Población
Algunos lectores podrán creer quizá que el que
suscribe le está concediendo excesiva importancia al que ya se conoce como
Fenómeno Podemos. Otros pensarán que el caso merece la máxima atención. Soy
de los segundos, algo que quizá compartan el mismísimo presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, pues parece que ambos se han reunido con vistas a "frenar" al naciente movimiento. Al menos eso se ha publicado en algún medio. ¿Se imaginan la charla? Son capaces de echarle la culpa del Fenómeno Podemos a la televisión, como hacen las más necios compañeros de sus respectivos partidos, insertos en las casta y en la caspa.
Me resisto a manifestar por ahora lo que de verdad estoy madurando, hasta en tanto no avance la trayectoria de Podemos. Sirva como adelanto decirles que, como se han atrevido ya a valorar quienes tienen cierta perspicacia en el análisis político, Podemos puede cambiar la historia de este país, siempre que la depauperada democracia vigente permita y no "frene" el desarrollo del movimiento -tal como haría con cualquier otro partido político-, algo sobre lo que tengo mis dudas, propias de quien no se fía nada del vigente régimen.
Me resisto a manifestar por ahora lo que de verdad estoy madurando, hasta en tanto no avance la trayectoria de Podemos. Sirva como adelanto decirles que, como se han atrevido ya a valorar quienes tienen cierta perspicacia en el análisis político, Podemos puede cambiar la historia de este país, siempre que la depauperada democracia vigente permita y no "frene" el desarrollo del movimiento -tal como haría con cualquier otro partido político-, algo sobre lo que tengo mis dudas, propias de quien no se fía nada del vigente régimen.
Dicho esto, paso al bochornoso ninguneo mediático de Podemos
en la radio y televisión públicas, que avergüenza a los propios profesionales de la casa; a las difamaciones e insultos de todo pelaje
despachados en 13TV y TeleMadrid, más propios de una profesionalidad mentalmente subdesarrollada, y al reciente y curioso caso de las dos
televisoras privadas que se repartían hasta ahora a Pablo Iglesias como una
perita en dulce para incentivo de audiencias, comprobado el éxito de público
que convocaba la presencia de éste, en detrimento de otros programas de otras cadenas dedicados al cotilleo o a las gastronomía.
Es el caso que, después de que a Podemos se le
dedicara estos días atrás en el programa "La Mañana", de Cuatro, un notable
espacio audiovisual a cuenta de tres de sus más conocidos representantes,
parece como si al programa “Al rojo vivo” –que se emite en la misma franja
horaria que "La Mañana"- le hubiera entrado un ardor de celos, pues ha decidido
que Iglesias no participe más en los debates que presenta Ferreras. La Sexta se
lo pierde, porque hay una audiencia ciudadana que quiere poder cambiar las cosas y no va a dejar de crecer mientras Podemos sepa llevar tan bien su victoria, mediática y electoral.
Que Iglesias prosiga en "La sexta noche" denota al menos que el amo Lara no le quiere quitar del todo la voz. Por cierto, ¿no debería "El Intermedio" de Wyoming entrevistar al líder de Podemos en lugar de dedicarle una desafortunada y nada ingeniosa sátira?
Puntos de Página
¿No les parece normal que voces como ésta tenga mucha audiencia?
DdA, XI/2.719
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