Félix
Población
Acabo de leer un librito muy
interesante, “Argentina contra Franco: el gran desafío a la impunidad de la
dictadura”, del que es autor Mario Amorós. El opúsculo tiene como fondo la
reclamación de la justicia argentina de algunos ciudadanos implicados en la
represión franquista e incluye diez casos de luchadores contra la dictadura, torturados
en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, sita entonces en la Puerta del Sol. Me parece oportuno citarlo y
recomendarlo en relación con lo que sigue:
Desde septiembre de 2013, el
gobierno argentino dispuso sus consulados para que se formularan denuncias por los crímenes del franquismo, a raíz de la
querella instruida por la jueza María Servini de Cubría. El pasado viernes, siete ciudadanos de Asturias lo
hicieron ante el cónsul de aquella república en la capital de España. En las
denuncias figuran los nombres e historial de las víctimas, según referencia de Comuna
de Asturias, grupo que forma parte de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la
Querella Argentina:
Aida
Alvaré Marqués y José Martínez Vázquez fueron fusilados en la playa de
Salinas el 22 de octubre de 1937. Sus cuerpos fueron abandonados en esa playa,
cerca de la cual hay una fosa común con más de 300 víctimas que nunca se ha
excavado. José Abargues Perles, secretario del Partido Comunista de San Esteban
de Pravia, condenado a muerte y fusilado el 28 de septiembre de 1939. Está enterrado en la fosa común de Oviedo. Su
mujer, Josefa Dávila Álvarez, embarazada y con seis hijos, estuvo presa en
Pravia y Oviedo, en donde tuvo a su última hija, para pasar después a la cárcel
de mujeres Saturrarán (Guipúzcoa). Dos nietas de esas víctimas presentaron
denuncia por las cuatro.
Clemente
Amago López-Villar, alcalde del PSOE en el concejo de San Tirso de Abres
en 1936. El 1 de septiembre los falangistas de la localidad lo apresaron y
torturaron. Su mujer lo vio al día siguiente, sangrando y medio muerto, en
un camión camino de Lugo. Fue la última vez. En la denuncia que presenta su
nieto se citan otros cinco casos de asesinatos y desapariciones ocurridas en
ese municipio.
Jesús
Fernández Pérez, albañil de Mántaras (Tapia de Casariego), encarcelado en el
ayuntamiento de Tapia en noviembre
de 1936. Un grupo de miembros de la Falange lo sacó por la noche de ese lugar y
su mujer, con una niña de seis días, no volvió a saber nada más de él. En la
denuncia que presenta su nieto se citan otros casos de asesinatos,
encarcelamientos y vejaciones cometidos en el municipio de Tapia en esos meses.
Manuel
José García Valle, José’l Gallegu, sufrió a lo largo de su vida
despidos, detenciones y prisión por su implicación política en el Partido Comunista y por su labor
sindical en la mina. Entre 1957 a 1971 lo detuvieron 14 veces, con las
correspondientes torturas y palizas en cada caso.
Faustino
Sánchez García, detenido por su actividad sindical y
política en el Partido Comunista
desde 1961 en el valle del Nalón. Entre sus torturadores estaban el sargento
Osorio, el sargento Pérez y el guardia Sevilla. Padeció prisión y perdió su
trabajo en la mina. Después de ser despedido por participar en una huelga, pasó
a la clandestinidad y huyó al extranjero. En 1969 lo volvieron a detener en
Sama y sufrió las torturas del comisario Claudio Ramos y del policía Pascual
Honrado de la Fuente.
Vicente
Gutiérrez Solís, organizador del Partido Comunista en los pozos mineros desde 1955. Se le detuvo en
La Nueva tras la huelga minera de 1957/58 y sufrió palizas de Pascual Honrado
de la Fuente y el comisario Ramos. Tuvo que escapar a Francia, de donde volvió
en 1966, aunque continuaron las detenciones, las palizas y la cárcel hasta
1977.
Anita
Sirgo Suárez fue víctima de torturas por su implicación en la huelga
minera de 1962. La detuvieron junto a su marido en Sama, en cuyo cuartel de la
Guardia Civil padeció con otros compañeros y compañeras las palizas y las
torturas del capitán Fernando Caro Leiva. Después de romperle el tímpano de un
oído, Caro Leiva le afeitó a tirones la cabeza con una navaja. Las palizas
continuaron a manos del comisario de la Brigada Político Social Claudio
Ramos en el cuartel de Buenavista de Oviedo. Hubo de exiliarse.
Me parece propio de la verdad,
justicia y reparación que persiguen los denunciantes que estos nombres asomen a
la luz pública y no queden excluidos de la noticia de la que son protagonistas,
después de haber estado tantos años excluidos o denigrados por la sectaria historia
que nos contaron. El 1º de mayo es una jornada muy oportuna para hacerlo.
*Artículo publicado hoy también en Astures.info
DdA, X/2.691
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