Lazarillo
Jesús Rodríguez, redactor del diario El País, aplica la nueva disciplina del diario en pro de una modernización de la monarquía vigente, tal como parece vaya a ser el objetivo de una posible y futura coalición gubernamental entre los dos partidos mayoritarios, según conversación mantenida por Felipe González -el del Che y Jesucristo de Elena Valenciano- con el rey, tras la audiencia que solicitó el primero. Jesús Rodríguez no firma lo que sigue en el diario ABC ni en la revista Hola -con motivo de los diez años de princesa consorte de Letizia-, sino en el periódico que acaba de estrenar un nuevo director, en línea probablemente con esa coalición de la que está muy mal hablar antes de los comicios europeos, pero de la que se hablará más pronto que tarde. Lean a Rodríguez y disfruten con la princesa que aportará modernidad a las más transnochada de las instituciónes y a la más desprestigiada de las casas reales, según nos muestra la historia y el presente patrios. Fíjense que hasta le pone mayúscula a la princesa el entusiasta redactor: "A la Princesa no le importa confesar que ella y su marido tienen
caracteres dispares. Don Felipe tiende a la calma, la reflexión, la
moderación y el equilibrio; nunca dice una palabra que no deba; rara vez
pierde los nervios y se toma el tiempo que sea necesario antes de tomar
una decisión. Le cuesta lanzarse. Toda su vida ha sido un estricto,
solitario y minucioso aprendizaje diseñado a conciencia por otros, que
culminará cuando ocupe la Jefatura del Estado: el oficio de la familia
desde hace cinco siglos. Ella, por el contrario, es hiperactiva,
expansiva, impaciente, apasionada, espontánea y dura de pelar. Más de
altibajos. Para ganársela hay que convencerla. Y no siempre es fácil. Es
capaz de soltar un taco con la maestría borbónica de su suegro.
Proyecta frescura y cercanía. Su andadura vital, muy de clase media, de
ascensor social, ha estado marcada por la normalidad y el esfuerzo. Por
eso cree profundamente en la meritocracia por encima de la política de
cuotas: es el resumen de su propia biografía. Letizia ha luchado; se ha
pateado la calle, viajado en autobús hasta el extrarradio, estudiado en
colegios públicos; conoce la olla a presión de la universidad y los
sinsabores del mercado laboral; la separación de sus padres y un
divorcio en su anterior existencia. Y, al final, el triunfo profesional.
Felipe ha contemplado desde niño a los poderosos del planeta sentados
en el salón de casa. Ella presenció el golpe del 23 de febrero por
televisión en el pisito ovetense de los Ortiz Rocasolano; él pasó toda
aquella negra noche en el Palacio de la Zarzuela junto su padre, el Rey". Lo que a continuación escribe Mabel Galaz es parecido, así que mejor lo dejan. Me dicen que es más ácido el análisis en otros medios. A quienes quieran leer otra cosa, les aconsejo El sintoma Letizia, en El Diario.es.
DdA, XI/2.704
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