sábado, 17 de mayo de 2014

CASTRILLO MATAJUDÍOS DEJARÁ DE EXISTIR

Castrillo Matajudios Castrillo Matajudios cambiará de nombre
Lazarillo

Es de celebrar por este Lazarillo y por todos cuantos consideren que, aunque Franco aplicó su propia mano de hierro inquisidora hace 75 años, más los tres de la Guerra Civil, la llamada Santa Inquisición fue abolida hace casi 200, y que por lo tanto era ya más que justo y necesario que los vecinos de la localidad burgalesa de Castrillo Matajudios optaran por cambiar el nombre toponímico que recuerda la matanza que allí tuvo lugar. Será mañana domingo en una consulta popular promovida por el Ayuntamiento de la localidad, que tendrá lugar coincidiendo con las elecciones al Parlamento Europeo.

Desde el Ayuntamiento se propone en una papeleta votar “Favorable” o “No favorable” el cambio de denominación. En el supuesto de que el ciudadano vote a favor del cambio, éste debe optar por dos nombres: “Castrillo Mota Judios”, o bien “Castrillo Mota de Judios”. La palabra “Mota” hace referencia a “una eminencia de poca altura, natural o artificial que se levanta sola en un llano”, según una acepción recogida en el Diccionario de la Lengua Española.

El alcalde entiende que es oprtuno el cambio de denominación porque el nombre actual no es el originario del pueblo, sino que obedece a una evolución posterior, que es de provecho conocer. El primer documento con el nombre actual “Castrillo Matajudios” aparece en la década de 1620 a 1630; sin embargo, la fundación del enclave data de 1035 con Sancho III, Rey de Castilla. Es a la muerte de este monarca cuando el Alfoz de Castrojeriz se levanta en armas y fruto de ese levantamiento los judíos sufren muerte y destierro. Todos los judíos desterrados se instalaron en una “mota” a 2,5 kilómetros de Castrojeriz, fundando una comunidad judía importante en este lugar, naciendo el pueblo de Castrillo.

En 1965 hubo una iniciativa para cambiar el nombre de esta localidad burgalesa con motivo de la celebración del IV Centenario del nacimiento del músico Antonio de Cabezón. Aquella iniciativa pretendía que el pueblo se llamase “Castrillo de Cabezón”, en honor al célebre músico ciego, natural de la localidad. No prosperó, sin que se haya dado a conocer por qué, aunque el contubernio judeo-masónico ya sabemos que tuvo mucho fervor durante la dictadura. Lamenta este Lazarillo que ese nombre no figure ahora entre las alternativas a elegir. El 3 de junio se celebrará una sesión del Pleno del Ayuntamiento para estudiar los resultados y actuar en consecuencia.

El asunto ha despertado expectación en los medios de comunicación nacionales e internacionales, especialmente en el mundo anglosajón. Entre los periódicos extranjeros que han informado de esta iniciativa cabe destacar el londinense “Financial Times” y el norteamericano “The New York Times”.

Creo oportuno añadir que hasta hace dos años, y sin que me conste que hayan cambiado el nombre, hasta nueve pueblos de España llevaban incorporado el de Franco o El Caudillo a su topónimo: Llanos del Caudillo (Ciudad Real); Gévora y Guadiana del Caudillo, ambas pertenecientes a Badajoz; Guadalcacín del Caudillo, integrada en Jerez de la Frontera (Cádiz); Bembézar del Caudillo (Hornachuelos-Córdoba); Águeda del Caudillo (Ciudad Rodrigo-Salamanca); Alberche del Caudillo (Calera y Chozas-Toledo); Bardena del Caudillo (Ejea de los Caballeros-Zaragoza); y Ribadelago de Franco (Zamora). 

DdA, X/2.703

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