Félix Población
La trayectoria y el prestigio de
Ángel Viñas como historiador de la segunda República y la Guerra de España se
sustentan en muchos años de estudio e investigación en los archivos, tanto de
nuestro país como de Europa. En su caso, es bien justo decir que Viñas ha
dedicado buena parte de su vida a eso, pues desde los 17 hasta sus actuales 73
años, este historiador no ha dejado de leer libros y documentación sobre esas
materias. Su primer libro, La Alemania
nazi y el 18 de julio, se publicó en 1974 y desde entonces no ha dejado de
dar a conocer nuevas obras, todas de una importancia substancial para conocer nuevos
aspectos relacionados con esos periodos.
Actualmente, Viñas acaba de dar
por terminada una edición de las memoria íntimas de Francisco Serrat, primer
protoministro de Asuntos Exteriores de Franco, que nos informa de la atmósfera
en la que se desarrolló el Cuartel General de Franco en Salamanca en la primera
etapa de la Guerra Civil, y que según este historiador nos presenta a un Franco
mezquino, rencoroso, indolente y muy
despistado en lo que algunos cimentan su
imperecedera fama: la política exterior.
También acaba de publicarse una
versión actualizada de las memorias del coronel Segismundo Casado con respecto
al turbio golpe de Estado del 5 de marzo de 1939. Ángel Viñas está terminando
asimismo la edición de un trabajo colectivo sobre bibliografía reciente en tono
a la Guerra de España y prepara un proyecto sobre la que él entrecomilla “hábil prudencia del tan ensalzado Caudillo”
en dos momentos cumbres de la historia española: la Segunda Guerra mundial y la
Guerra Fría.
Por su erudición, capacidad de
análisis y rigor en las investigaciones, el también historiador Mario Amorós ha
tenido el acierto de elegir a Ángel Viñas como compañero de charla para plantearle
una larga serie de cuestiones sobre puntos muy concretos de la Guerra Civil. La
conversación acaba de ser publicada por Ediciones B bajo el título 75 años después: Las claves de la Guerra
Civil Española y resulta muy estimulante para quienes se interesen por esta
materia.
Tras analizar en el libro
capítulos tan atrayentes como Los enemigos de la República, El oro y el
Ejército Popular, La resistencia republicana, Una guerra moderna y total,
Traición y derrota o Una guerra inconclusa, son muy interesantes las
consideraciones que hace Ángel Viñas en el epílogo. No le sorprende al
historiador la pervivencia de la mitología franquista, cuarenta años después de
la muerte del dictador, porque una parte de la sociedad no ha ajustado las
cuentas con el pasado. Para no pocos españoles, el franquismo no fue un régimen
de oprobio, que trituró las libertades fundamentales y los derechos humanos: “Fue,
para ellos, un régimen que liberó a España de sus fantasmas, que mantuvo el país
al margen de la Segunda Guerra Mundial y que promovió el desarrollo económico.
Por otra parte, la Guerra Civil, incluso en algunas dimensiones esenciales,
está profundamente distorsionada por los efectos duraderos de la propaganda de
la dictadura y la incapacidad de los gobiernos de la democracia para establecer
un sistema educativo más o menos moderno y que diga algo significativo sobre la
historia del siglo XX”.
Aparte de hacer unas duras
críticas al Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, presentado
en 2011 y que ocasionó una razonable indignación por alguna de las entradas que se
hicieron acerca del franquismo y la segunda República -entradas que deberían haber sido revisadas y
no lo fueron tras la victoria del Partido Popular en las elecciones de 2.012-,
Ángel Viñas considera timorata la Ley de Memoria Histórica aprobada por el
gobierno de Zapatero en 2006. “Creo que se pecó
de debilidad y el gobierno estuvo muy por detrás de sus responsabilidades. Como ciudadano,
me defraudó la ley y la consecuencia la estamos viendo ahora: el gobierno del Partido
Popular no la aplica, en una manifestación más de su contraofensiva ideológica”.
Entiende Ángel Viñas que dos generaciones
de historiadores (y ahora ya apunta una tercera) "hemos tratado de limpiar la
basura de los mitos franquistas, pero escribimos para el futuro, ciertamente,
no para el presente”. Esto trae consigo que las jóvenes generaciones desconozcan hoy en día el trabajo de estos historiadores, al carecer de pautas de acceso en sus estudios de bachillerato para conocer y leer libros como el que aquí se ha comentado, de suma utilidad para introducirse en las claves de la Guerra de España.
DdA, X/2.673
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