martes, 1 de abril de 2014

LA OBSCENIDAD DEL SUPERÁVIT DEL AYUNTAMIENTO DE TRES CANTOS

Rafael Jiménez Claudín

Recibo en mi domicilio un boletín municipal del Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid) en el que el alcalde presume de haber obtenido un superávit de más de dos millones de euros en 2013.
Y tengo que poner esa noticia en sintonía con las que se han publicado estos días de organizaciones como Cruz Roja, Cáritas o la Unión Democrática de Pensionistas sobre la situación de precariedad de las familias españolas y de cómo la asistencia social de oeneges, asociaciones religiosas y la solidaridad familiar están evitando un colapso en España.
Con esta información, presumir de superávit en un ayuntamiento me parece una obscenidad, porque en medio de una crisis económica como la que padecemos ha tenido que conseguirse sobre recortes que han dejado a escolares y jóvenes sin poder concurrir a escuelas deportivas, sin garantizar en los colegios al menos una comida al día en condiciones aceptables, haciendo pagar los mismos impuestos municipales a familias con recursos que a las que han perdido puestos de trabajo, sin olvidar que también han recurrido a externalizar servicios a bajo coste para que la explotación y laboral laboral la practiquen empresas privadas y no manchen a los equipos de gobierno.
El alcalde de Tres Cantos es del PP, y leo que la alcaldesa de Madrid, también del PP, presume a su vez de un superávit en 2013 de mil millones de euros porque ha ajustado su presupuesto de gastos e ingresos, y solo hay que pasear por algunas calles y ver colas ante los comedores sociales o cómo aumentan las personas sin techo, o ver cómo caen los presupuestos en cultura y deporte, para averiguar qué significa “ajustado”, y deducir que ambos alcaldes deberían haber incluido en sus gastos más asistencia social, más gasto en colegios e institutos, más gasto en ayudas a la dependencia y más gasto en escuelas deportivas, casas de la juventud y centros de la tercera edad, porque lo hecho ha sido insuficiente.
Cito alcaldes del PP no por sectarismo político, sino porque es la cantinela del ajuste la que se escucha continuamente en boca de sus cargos públicos, y si aparece algún alcalde socialista o comunista que presume de superávit habrá que demonizarle también, porque estaría traicionando valores fundamentales de la izquierda.


DdA, X/2.662

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