Los padres españoles tenemos desde ahora un nuevo destino para mejorar nuestra
cultura general. A falta de becas Erasmus sugiero al ministro Wert que
ponga en marcha cursos de perfeccionamiento para padres españoles en
Rumanía. Es un destino formativo poco habitual, lo sé, pero muy oportuno
si tenemos en cuenta que las últimas estadísticas sobre la economía de
los países europeos revelan que España es el segundo país en pobreza
infantil solo aventajado por Rumanía. La champions de los menesterosos
nos está deparando unos resultados casi tan brillantes como los de la
Liga de Campeones futbolística. Enhorabuena. Resulta que los ciudadanos
rumanos que pululan por las calles de Asturias pidiendo limosna,
vendiendo mecheros o buscándose la vida de la mejor manera posible son
nuestro vivo retrato, somos nosotros mismos en breve y, además, pueden
darnos muchas lecciones de como mantener a los hijos viviendo en la
miseria. Su experiencia merece ser contrastada y aprovechada porque los
signos de rumanización de Asturias son evidentes. Para confirmarlos no
hay más que enterarse de que una mujer llamada Blanca Pettersen ha
intentado abrir por su cuenta y riesgo un comedor para que los niños de
las familias más abrasadas por la crisis no se vayan a la cama sin
cenar. Ya hay comedores de auxilio social en medio del estado del
bienestar. Lo ciudadanos generosos y concienciados tapan los agujeros
urgentes y primordiales de la ciudad gobernada por la caritativa y
católica derecha, en la comunidad autónoma en la que manda la izquierda
solidaria, progresista e igualitaria. Comedores sociales y emergencia
social en Asturias, la comunidad española en la que menos creció el PIB
durante menos 2013 pero en la que, ojo al dato, se ha cumplido el
objetivo de déficit. Hay padres y madres en Asturias que dan de cenar a
sus hijos objetivo de déficit en su punto. Luego hacen las maletas y se
van a Rumanía a seguir un curso de paternidad de supervivencia y alto
riesgo.
ARTÍCULOS DE SALDO
DdA, X/2.665
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