martes, 25 de marzo de 2014

DESPLIEGUE POLICIAL EN ZARAGOZA EN TORNO A UN PACÍFICO PERROFLAUTA MOTORIZADO

Félix Población

Me preocupan -por simples y chulescos- los efectos policiales que la jornada del pasado 22 de marzo en Madrid tuvieron ayer en la céntrica calle Alfonso I de Zaragoza, donde desde hace 44 semanas y 210 días mi querido y admirado Perroflauta Motorizado se mantiene al pie del portal de la vivienda de la consejera de Educación y demás del Gobierno de Aragón.

El profesor de Filosofía Antonio Aramayona, que así se llama quien así nos demuestra la forma y voluntad de luchar por nuestros derechos y libertades, no luce precisamente un ánimo beligerante, capaz de suscitar tamaño derroche de fuerza pública. Antonio se limita a reclamar con pacífica paciencia y actitud tan civilizada como las propias de su profesión y persona una educación pública y laica, aunque la autoridad a través de la Delegación de Gobierno parezca considerar ese derecho todo un desafuero que atenta contra la seguridad ciudadana, a juzgar -ya digo- por el desafiante dispositivo policial que exhiben la fotografías. 

"Al entrar en la calle Alfonso I, el perroflauta motorizado se ha quedado atónito, escribe Aramayona en su blog. Nadie ha sabido explicar por qué y para qué había tantos furgones de la policía nacional en la calle, uno delante mismo del portal de la consejera, flanqueado por un agente" Las imágenes ilustran sobradamente lo que se dice. El dispositivo se mantuvo durante una hora. Luego -como en el estrambote del soneto de Cervantes al túmulo del rey Felipe II-, miró al solayo, fuese y no hubo nada. 

¿Volverá a instalarse tal dispositivo en el futuro o lo de ayer obedece a posibles y miméticos instintos transferidos desde la capital de España a la de Aragón, como consecuencia de la resaca del 22-M, sin que a quienes los ordenan les importe demasiado la diferencia de matiz entre un millón de personas llenando casi tres kilómetos de calles y plazas en la capital de este reino en declive y una sola persona que se manifiesta en libertad desde el escueto espacio de su silla de ruedas? 

¿O será que temen que esa sola persona se convierta en modelo y se torne en un millón con la misma resolución que mi apreciado Antonio en sus demandas, mañana tras mañana, ante una consejera de Educación que lo ignora, pero que lo sabe ahí, como testimonio de una ciudadanía que se resiste a perder los derechos y valores de una democracia digna, degradada por su gobierno día tras día?


DdA, X/2.656

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