Lazarillo
A través del blog de Carmen Muñoz me entero de la muerte de la exministra holandesa Els Borst. Escribe Carmen que las grandes cabeceras internacionales le han dedicado apenas unas líneas, como Le Monde, The Guardian, Washington Post, BBC…, todas iguales eso sí, a golpe de tecla de agencias de prensa, pero en España ni eso, ni rastro de esta gran política que fue la primera en legalizar la eutanasia en los Países Bajos en 2001. Tenemos derecho a preguntarnos -con Carmen- si los titulares hubieran sido de mayor entidad de haber sido varón. En el caso de Els, además, concurren las anómalas circunstancias de su fallecimiento, que no se debió al parecer causas naturales, pues la anciana, a sus 81 años, fue hallada muerta por un amigo en el garaje de su domicilio -cerca de la ciudad de Utrecht- el pasado 10 de febrero con algunas lesiones en su cuerpo, achacables bien a un accidente o a un crimen, según versión de la policía. Esta insigne política -según leo en el blog de Carmen Muñoz- fue una de las primeras mujeres holandesas en ostentar un cargo político en su país. Ministra de Salud durante ocho años y líder del partido D66 (Demócratas 66), llegó a ostentar hasta su muerte el título honorífico de Ministra de Estado. Sin embargo, ser mujer incluso en pleno siglo XXI, tiene su precio: el del olvido.
A través del blog de Carmen Muñoz me entero de la muerte de la exministra holandesa Els Borst. Escribe Carmen que las grandes cabeceras internacionales le han dedicado apenas unas líneas, como Le Monde, The Guardian, Washington Post, BBC…, todas iguales eso sí, a golpe de tecla de agencias de prensa, pero en España ni eso, ni rastro de esta gran política que fue la primera en legalizar la eutanasia en los Países Bajos en 2001. Tenemos derecho a preguntarnos -con Carmen- si los titulares hubieran sido de mayor entidad de haber sido varón. En el caso de Els, además, concurren las anómalas circunstancias de su fallecimiento, que no se debió al parecer causas naturales, pues la anciana, a sus 81 años, fue hallada muerta por un amigo en el garaje de su domicilio -cerca de la ciudad de Utrecht- el pasado 10 de febrero con algunas lesiones en su cuerpo, achacables bien a un accidente o a un crimen, según versión de la policía. Esta insigne política -según leo en el blog de Carmen Muñoz- fue una de las primeras mujeres holandesas en ostentar un cargo político en su país. Ministra de Salud durante ocho años y líder del partido D66 (Demócratas 66), llegó a ostentar hasta su muerte el título honorífico de Ministra de Estado. Sin embargo, ser mujer incluso en pleno siglo XXI, tiene su precio: el del olvido.
"Borst
tuvo en su contra a los grupos religiosos que no aceptaban la eutanasia,
pero es que además mostró su punto de vista progresista con respecto a
la salud en otros temas. Así,
en 1994 fortaleció el derecho de los pacientes, permitiéndoles
rechazar tratamientos si así lo deseaban, y durante todo su mandato
puso en marcha medidas contra el tabaco, la venta de alcohol a menores y
leyes para facilitar la donación de órganos y transplantes. Aunque fue
abiertamente criticada por sus recortes en sanidad, fue una pionera en
la puesta en marcha de la ley para el uso científico de células
provenientes de abortos.
"Dicen -escribe Carmen-
que conquistaba a la gente con su franqueza, suavidad y honestidad.
Decía Clara Campoamor: “cualquier hombre, por poco que haya hecho, tiene
una estatua de bronce en su recuerdo, pero las mujeres además de no
tenerla, pasan rápidamente al olvido”. Hoy desde aquí, ante el vacío
informativo general y combatiendo al olvido, queremos rendirle a Els
Borst este pequeño homenaje . Con honestidad, como dicen que era ella!".
Habrá que seguir las investigaciones que lleve a cabo la policía holandesa hasta que dilucide las causas de su muerte.
DdA, X/2.629
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