Lazarillo
Tal como nos llega y circuló por redes, damos noticia a la noticia que no fue la que dieron los medios, sino la que a lo medios no llegó por tratarse de lo que sigue: El pasado fin de semana ingresó en el
Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid (hospital
público) un paciente “importante” bajo el epígrafe Paciente Protegido-Protegido. Este paciente, que supuestamente iba a someterse a una operación
quirúrgica rutinaria, fue curiosamente alojado en una zona cerrada y sin
dotación (URPA), para lo que hay que pagar a un intensivista 24 horas
extras de guardia y mover a personal de enfermería. Curiosamente también, no fue operado en el
quirófano de cirugía general y digestivo sino en el número 16,
destinado a cirugía plástica: la intervención, que oficialmente se
realizaba a causa de una hernia abdominal, se trataba en realidad de una
abdominoplastia (reducción de grasa en el abdomen), que no figura
en la cartera de servicios sanitarios públicos y de la que ningún
ciudadano “de bien”, que paga sus impuestos puntualmente, se puede
beneficiar sin pagar por ella.
El Paciente Protegido-Protegido no era
otro que el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel
García-Margallo, de cuya operación se hacen ahora eco diversos medios
de comunicación, pero sin mencionar en ningún caso en qué ha consistido y
limitándose en todo momento a repetir que ha sido una “operación
quirúrgica menor”. Margallo se ha beneficiado de nuestros impuestos
para un fin puramente estético que no es gratuito, algo que mueve a escándalo si se tiene cuenta la cantidad de personas
que llevan meses y meses en las listas de espera para poder ser operadas por
cuestiones vitales. La Nueve de Anonymous, entendiendo como nosotros que el derecho a la intimidad deja de ser legítimo cuando es utilizado para engañar y estafar a la gente, informó durante la tarde de ayer de los hechos a través de su cuenta de Twitter. En la nota hecha pública por La Nueve de Anonymous, se recuerda al personal -cuando observe la nueva línea del ministro- que las dietas milagrosas no existen y que cualquier duda al respecto, sobre lo que no han contado los medios, se le puede plantear a la doctora
Rosa Pérez Cano, jefa del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital
Gregorio Marañón. O directamente al director médico, Dr. Eduardo
Junco. Aparte de lo dicho, nos parece una temeridad que el ministro se someta a este tipo de operación en un centro público, sabiendo el ánimo de lucha que el personal sanitario mantiene en contra de la política de recortes del Gobierno en la sanidad pública, con el riesgo -por lo tanto- de que el carácter de esa intervención llegara a conocerse.
DdA, X/2.621
No hay comentarios:
Publicar un comentario