lunes, 27 de enero de 2014

MONSEÑOR REIG PLA: REZOS PARA UN SOLO CONDUCTO


Ana Cuevas

Soy feminista. Sin complejos ni paños calientes. A cara y a pecho descubierto si hace falta. En un planeta donde una mujer puede ser condenada a a una violación múltiple por adulterio como ha ocurrido en la India, tienes que ser feminista si te queda un atisbo de conciencia. Para mí, y para muchos hombres y mujeres, ser feminista es una posición natural de elemental justicia. No se puede hablar de una sociedad equilibrada, ni siquiera en occidente, cuando las desigualdades entre los sexos aún son tan sangrantes. Cuando la autonomía y la libertad reproductiva de las mujeres continúan en manos de ideologías patriarcales inspiradas en religiones manifiestamente misóginas. 

Soy feminista. Ergo, según el obispo de Alcalá, soy una peligrosa radical que contribuye a la deconstrucción de la persona (sea lo que diablos sea eso).  No encajo ni con calzador en el modelo de hembra sumisa, útero sacralizado y cabeza hueca que promulgan gobierno e iglesia católica en estos tenebrosos tiempos. A lo mejor, si levitara un poco como la santa de Ávila o fuera la silente estatua de la virgen del Rocío, merecería el respeto de estas autoridades. Creo que incluso han fichado a ambas para engordar el gabinete de varios ministerios. 

Pero como soy una pecadora sin propósito de enmienda, solo me queda el consuelo de saber que monseñor Reig Pla me tiene presente en sus plegarias. A las feministas, a los homosexuales y a todo bicho viviente y degenerado que no se avenga a la doctrina machista de la santa madre iglesia. Ora pro nobis Obispo. Con líderes espirituales como tú y políticos como los que padecemos, nos hace mucha falta. O mejor todavía, agradece a tu jefe la buena educación laica que recibí en mi adolescencia. La última frontera que me impide decirte explícitamente por qué conducto te puedes meter los rezos.  Monseñor, bonito. 

DdA, X/2.606

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