Tal como se dice en algunas guías -sin pecar de la pasión por lo nuestro que los de Asturias ponemos en ensalzar aquella geografía-, el desfiladero del Alba -más conocido como Ruta del Alba, nombre donde los haya para rendirse al encantamiento de su andadura en cualquier estación del año- es uno de los más asequibles e impresionantes que se pueden caminar sin excesivo esfuerzo por la maravillosa orografía astur. Por tener, tiene hasta pavimento durante los cinco primeros kilómetros, aunque los más hermosos parajes -donde el desfiladero se estrecha y el río se abisma entre roquedos-, sean los que siguen después. Discurre paralelo al río Alba por un antiguo sendero de pastores y arrieros que comunicaba
Sobrescobio con el vecino concejo de Aller. Posteriormente esta vía
sirvió para la evacuación del hierro procedente de la mina Carmen, en
pleno monte de Llaímo. Al inicio de la ruta, en la localidad de Soto Agues, todavía se puede encontrar un viejo lavadero, en magnífico estado de conservación, que evoca la presencia y el canto de las lavanderas combatiendo el frío de las aguas manantiales que bajan del río con muy nutrido y fragoroso caudal estos días de invierno. No digamos en primavera, estación en que la visita también es recomendable. Lo es siempre la Ruta del Alba :
Lavandera del querer
que en el agua dejas limpio
todo cuanto duele y mancha,
todo cuanto duele y mancha,
llévame al alba del río
en una mañana clara,
para ver el día nacer
en los ojos que me aman.
Si en el alba me mojara,
no dejes que coja frío:
tiende mis sueños en alas
para que puedan tener
un corazón de alta llama,
lavandera del querer,
en los ojos que me aman.
DdA, X/2.586
Fotos del autor
DdA, X/2.586
No hay comentarios:
Publicar un comentario