Como es conocido, la Filosofía ha sido retirada por el señor Wert de la
enseñanza primaria, de la secundaria y del bachillerato. La osadía es
inmensa porque, como se ha señalado al ponderar este dislate arrogante,
la Filosofía se enseña, al menos, desde la Academia de Patón hace 2.500
años y se seguirá enseñando pese a sus torpes enemigos, que pasarán a
la historia chusca y pedestre de la estulticia.
La filosofía compendia el pensamiento de la humanidad. Nada menos. Juan Cruz, en un reportaje espléndido para denunciar el desmán, ha recogido unas certeras palabras de Ángel Gabilondo, quien además de exministro es catedrático de Metafísica en la Universidad Autónoma: "La filosofía es determinante para impulsar el camino hacia un pensamiento crítico, racional y razonable. Es indispensable conocer no sólo la historia de las ideas, también la historia del pensamiento, la generación de determinados conceptos, la visión que procuran, sus efectos y su funcionamiento. Pensar no es una mera actividad mental, comporta todo un modo de hacer y de proceder. Y requiere conocimiento".
Precisamente por ello, dirá más de uno. Precisamente por ello el Gobierno intenta eliminar estos estímulos capaces de crear sentido común y conciencia crítica. Este poder se siente más seguro mientras la ciudadanía hoce y se enfangue en la telebasura en vez de debatir o de pensar. Wert no ha sido más que un simple ejecutor de un designio que viene de más arriba.
DdA, X/2.586
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