Permiso para recurrir una vez más al conocido dicho de Marie-Jeanne Roland de la Platerie, la esposa del revolucionario francés de la Gironde Jean Marie Roland, cuando dijo "oh, libertad, libertad , cuántos crímenes se cometen en tu nombre". Sirve en esta ocasión para introducir y suscribir el artículo de Isaac Pérez de Albéniz en su blog El descodificar acerca de lo que califica uno de sus protagonistas como híbrido entre el producto de Pedro de la Jota Ramírez (diario El Mundo) y Libertad Digital, crianza como se sabe del locutor de Orihuela del Tremedal Jiménez Losantos. El híbrido se llama El mundo en libertad. Este Lazarillo cede la palabra a su colega Albéniz, que después de mencionar a quienes aparecen y no aparecen en la fotografía de la presentación (Ramírez, Herrero, García Abadillo, Losantos y Cuesta), y calificar la convocatoria de tan desazonada como peligrosa, dice lo que sigue:
"Hace unos días nos alegrábamos del anunciado cierre de varias cadenas de televisión,
por innecesarias y casposas. Hoy debemos entristecernos por el
nacimiento de este programa, una de esas tertulias ultras que se amparan
en la libertad de expresión para hacer política y soltar doctrina
camuflada como información. “No sobra nadie”, dijo el
presentador, el tipo que apareció un día disfrazado de boxeador español,
cuando le preguntaron por los protagonistas de la tertulia. Y
sentenció: “Entre todos los grupos de comunicación, los nuestros
son los más comprometidos con la unidad de España y la defensa de la
Constitución”. Se refiere a Libertad Digital y El Mundo, no se lo pierda, en palabras textuales del presentador “dos grupos de información que destacan por su independencia a la hora de informar y opinar”.
Afortunadamente, la tertulia en cuestión se emite en medios de
comunicación de escasa relevancia audiovisual: Libertad Digital y la web
del diario El Mundo. Es el enésimo intento de estos personajes por
obtener relevancia televisiva, y será su enésimo fracaso. La doctrina
ultra conservadora tiene un público minoritario. Los programas de
televisión de la señorita Pepis, basados en el bajo
presupuesto y la elevada intransigencia, están condenados a la ruina.
¿Por qué estos individuos montan un programa de televisión marginal?
Porque les fascina la idea de utilizar la todopoderosa pantalla para
lanzar sus mensajes, para presionar a gobiernos y patrocinadores, para
maquinar, influir, presionar.
La televisión actual, pese a ser de muy baja calidad, exige algo más
que cinco radicales hablando de sus intereses personales, profesionales y
económicos. La televisión actual exige un mínimo de talento. Por tanto,
“El Mundo en libertad” no tiene ningún futuro. Afortunadamente".
Ojalá no se equivoque, Ignacio. Este Lazarillo no lo tiene tan claro. Aquí los subproductos pueden incluso tener éxito. ¿O no lo ha tenido el libro ese de la Princesa del Pueblo? Yo no sé como los citados no la fichan como analista para colmar El mundo en libertad.
DdA, X/2.577
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