martes, 12 de noviembre de 2013

"EL TIEMPO ENTRE COSTURAS" Y LA NOVELA DE PATRICIA MARTÍNEZ VICENTE

'El tiempo entre costuras', ¿plagió María Dueñas la novela de moda?s'
Lazarillo

Este Lazarillo piensa, como profesional de la lectura literaria desde hace muchos años, que la información publicada en Qué el pasado 30 de octubre, debe ser al menos conocida por todos aquellos lectores y televidentes que han hecho de El tiempo entre costuras un motivo de entretenimiento e interés. ¿Ha existido plagio en la historia de María Dueñas o estamos ante un caso más de celos profesionales, tan habituales en el gremio, ante el éxito comercial popular pero mediocre novela? En todo caso, habría que comparar los dos libros, algo que quien esto esto suscribe piensa hacer en cuanto pueda. La noticia o la interrogante  parte de las redes sociales y sale a la luz en plena emisión de la exitosa miniserie de once capítulos que estrenó Antena 3 hace una semanas, con gran éxito de crítica y público, de la mano de la productora Boomerang TV. Usuarios anónimos que han leído la novela de Dueñas y la escrita por Patricia Martínez de Vicente hace trece años (publicada hace seis), se muestran proclives a pensar que el libro de Dueñas -traducido a 25 lenguas y con un millón de ejemplares de venta en todo el mundo-, se nutre hasta el pagio en Embassy y la inteligencia de Mambrú, título del libro de  Patricia Martínez de Vicente:

"Martínez de Vicente escribe la novela basándose en el diario de su padre, Eduardo Martínez Alonso, que encuentra por casualidad durante una mudanza en el año 2000. Gracias a este 'tesoro' familiar descubre, 30 años después de fallecido, que su padre, médico de la embajada británica en Madrid, había sido además espía durante la Segunda Guerra Mundial y había colaborado con los fugitivos perseguidos por la Gestapo en 1942, dándoles cobijo y comida en el salón de té Embassy (Castellana 12), un local que habría servido de tapadera. Su hija piensa que esta historia merece ser contada y se pone a ello. Es la primera vez que escribe un libro.
Finalizada la obra, Patricia Martínez de Vicente la envía a la agencia literaria Antonia Kerrigan para que se la publiquen, pero la agente Lola Gulías, la rechaza. Tras dos años en el limbo, consigue ver la luz en 2003 gracias a Velecio Editores, hoy editorial desaparecida. Con una tirada de 5.000 ejemplares, la novela, ya descatalogada de las librerías, resulta finalista de un premio de investigación sobre los judíos en España.
La autora y su entorno, así como quienes han leído ambas novelas, -es el caso de la periodista Consuelo G. de Cid, que escribe un artículo al respecto- coinciden en que los "paralelismos" de 'Embassy y la inteligencia de Mambrú' (2003) y 'El tiempo entre costuras' (2009), "en hasta treinta párrafos", producen asombro. "Se aprecian en muchos detalles. María Dueñas habría utilizado nombres de perfumes y hasta la marca de cigarrillos Craven que fumaba el padre de Patricia Martínez de Vicente, en la segunda parte de la novela (de los capítulos 35 al 69), justo la que transcurre con la protagonista Sira Quiroga en Madrid. Hay incluso un error (poco importante) de Patricia... ¡que reproduce María Dueñas en 'El tiempo entre costuras'!", explica a Qué.es Marta Hernández, amiga de la escritora y al frente de la agencia de comunicación que le está ayudando en su lucha personal.
En su opinión, existe un "plagio moral" de la historia. "La historia familiar de Patricia está como rehecha en la segunda parte de 'El tiempo entre costuras'. María Dueñas utiliza la ambientación histórica que describe ella gracias al diario personal de su padre y a las conversaciones con la hija de Margarita Taylor, dueña de Embassy, y que no aparece en ningún documento, más que en el libro de Patricia". Y prosigue: "Nombres que sólo Patricia y su familia pueden saber, y detalles que da en su libro y que no están en ningún otro sitio, aparecen constantemente en la novela de Dueñas".
PERSONAJES Y SITUACIONES QUE SE REPITEN
Con los dos libros en la mano, detallamos algunas de las referencias a las que se hacen alusión. Por ejemplo, al final de la página 407 de 'El tiempo entre costuras', Dueñas utiliza el nombre de Walter Junghanns como uno de los colaboradores clandestinos. "Lo curioso es que este personaje en el libro de Patricia no tiene nada que ver con la trama política, simplemente se hace mención a él como amigo personal de su madre. ¿Casualidad el uso del nombre, no había otro?", se pregunta Hernández.
Además, continúa, "los nombres de algunos de los colaboradores clandestinos que utiliza María Dueñas son nombres reales de colaboradores del doctor Martínez Alonso, extraídos por Patricia del diario de su padre, escritos ahí de su puño y letra y que no constan en otro lugar, al menos en el contexto de 'Embassy': Walter Starkie, Lazar, Ben Wyatt...".
Por otro lado, la referencia a la floristería Bourguignon de la calle Almagro y a su dueño holandés, en la página 403 de 'El tiempo entre costuras', por las flores Bourguignon, que son las escogidas como una de las consignas. "Juan Bourguignon era uno de los cooperantes del padre de Patricia, el Dr. Eduardo Martínez Alonso, y su nombre se repite en 'Embassy y la inteligencia de Mambrú' en diversas ocasiones. Casualmente el bouquet de boda de la madre de Patricia era de Bourguingon".
SIMILITUDES ENTRE PÁRRAFOS
Hay otros párrafos que se suceden en la novela de Dueñas que pueden resultar sospechosamente similares. Véase la página 405 del libro, al final: "Elsa Bruckmann, nacida princesa Cantacuceno. Millonaria, adoradora de Hitler, aunque mucho mayor que él. Dicen que fue ella quien le introdujo en la famosa vida social berlinesa...".
En la página 218 de 'Embassy y la inteligencia de Mambrú' se apreciaría un paralelismo con ese párrafo: "Elsa Bruckmann, nacida princesa Cantacuccene, anfitriona destacada en los comienzos políticos de Hitler en Munich y a quien le había abierto los principales salones de sus futuros simpatizantes, merodeaba con la mayor libertad por Embassy a su paso por Madrid".
Otra de las referencias coincidentes sería el uso de la marca de cigarrillos Craven que fumaba su padre. "En el libro de María Dueñas los fuma Alan Hillgarth, que en realidad no fumaba, pero esto sólo lo puede saber alguien que le conociera o tuviera esta información de primera mano, como tenía Patricia. En realidad eran los cigarrillos que fumaba el Dr. Martínez Alonso", puntualiza.
LA VERSIÓN DE LA EDITORIAL 'TEMAS DE HOY'.
Con esta historia sobre la mesa, nos ponemos en contacto con Temas de Hoy, la editorial de 'El tiempo entre costuras', donde nos cuentan su versión bien diferente de una historia que, aseguran, viene de lejos, por lo que, nos trasladan, ni la propia Dueñas quiere hacer declaraciones al respecto a este periódico. "Cada vez que hay algo exitoso relacionado con la novela, esta mujer vuelve a la carga con sus amenazas para hacer ruido. Hoy por hoy, no hay demanda ni pendiente ni interpuesta", declaran fuentes de la editorial a Qué.es.
Y es que, según dicen, es la propia Patricia Martínez de Vicente la que autoriza a María Dueñas a publicar todos esos detalles en el libro y la prueba es que la incluye en los agradecimientos del final. "Es absurdo que María Dueñas le añada en los agradecimientos si no es porque eso ha sido autorizado previamente", puntualizan.
...Y UNA APARICIÓN CONJUNTA EN LA RADIO
Además, les sorprenden estas acusaciones, sobre todo "por la actitud amigable" que mantienen ambas durante un especial de Navidad emitido por 'A vivir que son dos días' de la Cadena Ser, el 24 de diciembre de 2010, en el que se agradecen mutuamente la colaboración en 'El tiempo entre costuras'. 
"Me siento muy feliz porque la base real de mi 'Embassy', de la que hemos hablado tú y yo mucho antes de que escribieras 'El tiempo entre costuras', haya servido para tu éxito y para dar a conocer a los españoles lo que se estaba cociendo en el Madrid de la época", llega a decirle Patricia Martínez de Vicente a Dueñas. La gallega, que entra por teléfono desde la emisora de Barcelona, es presentada por la conductora del programa Marta González Novo como "hija de espía" y "personaje real de carne y hueso" de la novela de Dueñas.
LA INCLUYE EN LOS AGRADECIMIENTOS DE LA NOVELA
El hecho de ser incluida, además, en los agradecimientos de 'El tiempo entre costuras', podría dar a entender que María Dueñas sí contó con el consentimiento de la autora de 'Embassy y la inteligencia de Mambrú', para relatar todos esos detalles, aunque ésta asegura a Qué.es no haberle autorizado jamás a usar toda la documentación "que vuelca" en la segunda parte de su novela.
En la página 634 escribe Dueñas: "Gracias por proporcionarme datos de primera mano sobre Alan Hillgarth, los servicios secretos británicos en España y la tapadera de Embassy, deseo dejar constancia de la cordialidad personal de Patricia Martínez de Vicente, autora de 'Embassy y la inteligencia de Mambrú', e hija de un activo miembro de aquellas actividades clandestinas". Dos párrafos después, felicita a Lola Gulías, de la agencia literaria Antonia Kerrigan, "por ser la primera en apostar por mi escritura".
UNA LLAMADA TELEFÓNICA CLAVE
Una conversación telefónica entre las dos es la clave. Esta llamada, nos cuenta la escritora gallega, se remonta a 2008, un año antes de que se publique 'El tiempo entre costuras'. Al parecer, es la única vez que habla con María Dueñas, antes del encuentro radiofónico de ambas.
"Me llama de parte de Lola Gulías, que es quien está al frente de la editorial Antonia Kerrigan a la que, curiosamente, yo envío mi historia en 2001 y es rechazada. Y me dice: Lola me ha pasado tu libro, ¿tú tienes algún inconveniente en que yo utilice el nombre de Embassy en mi novela? Y le digo: no, ninguno, porque es un nombre abierto, como el del Café Gijón o la Puerta del Sol. Tú puedes usar el nombre de Embassy. Y punto", nos explica la autora gallega, que reconoce que sí que hablan en esa conversación de la historia de su padre. "Una cosa es que yo le hable de mi padre y otra cosa es que ella eso lo use para copiarme detalles que yo no le autorizo", nos explica.
¿Y QUÉ ES EMBASSY?
Embassy, por cierto, en torno al cual gira toda la novela de Martínez de Vicente y otra que escribe posteriormente ('La clave Embassy') es un salón de té que abre en Castellana 12 una irlandesa llamada Margarita Taylor para atraer a la colonia inglesa allá por el año 1929. El emblemático local se convierte durante la Segunda Guerra Mundial en un centro-tapadera de reunión de espías donde se ayuda a los fugitivos de la Gestapo vistiéndoles con ropa de la Cruz Roja para despistar a los alemanes. Uno de los espías que realiza esta importante labor humanitaria es el padre de Patricia, quien fue el primer agente del SOE (Special Operations Executives) en España.
Martínez de Vicente dice que no le extraña en absoluto que Dueñas la incluya en los agradecimientos del final del libro. "¡Nos ha jorobado! Me agradece lo que le he dicho, más lo que me ha copiado, porque yo no le he dado permiso, por ejemplo, para usar a Margarita Taylor, y eso lo ha sacado ella".
SU LUCHA COINCIDE CON EL ÉXITO DE LA SERIE EN TELEVISIÓN
Dice que el éxito de 'El tiempo entre costuras', adaptada ahora a la televisión, no es lo que le impulsa a su lucha en este momento. Al parecer, es el reciente endurecimiento de la ley de propiedad intelectual lo que le anima a ponerse en marcha con esta vieja lucha. "Es sabido entre los escritores que, hasta ahora, la ley se ponía siempre del lado del que copiaba, pero parece que ahora sí me ampararía... De momento, hay sólo un anuncio del Consejo de Ministros, pero en cuanto esta ley se publique, emprenderé acciones legales contra María Dueñas", puntualiza.
Prosigue diciendo que no tiene nada en contra de que ésta venda sus libros. "Lo que molesta es el recochineo. Parece que esta mujer ha hecho toda la investigación, cuando la investigación la he hecho yo. Y es que tengo siete páginas contrastadas con las siete de la señora Dueñas, en manos de la editorial Temas de Hoy, donde puedo demostrar que ha copiado una cosa tras otra de mi libro: frases, nombres, situaciones, la ambientación de Embassy, la marca de cigarrillos que fumaba mi padre, cosas que mi madre me contó textualmente cómo habían sido y que sólo sabía yo... También habría podido mentir yo, ¿no? Lo mío es la historia real de mis padres, de mi familia, publicada en 2003. Nadie jamás en la vida había escrito nada sobre Margarita Taylor", afirma.
SU HISTORIA, EN BANDEJA DE DUEÑAS
Aunque parezca una contradicción, Patricia Martínez de Vicente dice alegrarse del éxito de la novela de María Dueñas, "porque en el fondo lo que está reafirmando es lo que a mí me costó muchísimo que la gente se creyera, y es que mi padre era un perseguido de la Gestapo, que andaba por Madrid y Barcelona como Pedro por su casa...". Pero lo que más le duele, nos comenta, es el trabajo que a ella le costó encontrar un editor para contar esa misma historia y que la editorial que a ella le rechazó pusiera luego su historia en bandeja a Dueñas. "Esta señora, que ya cogió el tren en marcha, lo ha hecho como de forma fantástica, siendo su historia mucho más fantasiosa que la mía".
Por ello, esta escritora lamenta, "la mala fe" con la que actúa, según ella, Lola Gulías. "Hay claramente un abuso profesional por parte de la agente editorial, que le sopla todo a esta señora, que era una escritora novata igual que yo, y que no tenía por qué haber oído hablar de Embassy en su vida".
Las sospechas del entorno de Patricia es que María Dueñas se hace con este manuscrito por la amistad que le une a Lola Gulías, quien, le habría proporcionado ese valioso documento como hilo conductor de la novela histórica que empieza a gestar y que, a la postre, resulta ser un best seller".


DdA, X/2.537

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