jueves, 3 de octubre de 2013

EDUARDO Y LA EDUCACIÓN SEXUAL DE LAS ZORRAS

Félix Población

Desde que el hijo del excelente escritor falangista Rafael García Serrano insultó públicamente en un medio de comunicación a la consejera de Salud de la Generalidad de Cataluña, Marina Geli, yo diría que  ofensor ha ascendido en el escalafón de colaboradores de la empresa no mencionada. Es más, estoy convencido de que esa empresa valoraba entonces el agravio como incentivo para incrementar su magros índices de audiencia, de modo que no bastaba con descalificar la gestión de la citada consejera de Salud, como compete a un medio de comunicación crítico, sino que había que ultrajar personalmente a la hoy diputada del Partido Socialista de Cataluña. 

Eso es lo que hizo de palabra quien de seguro habrá recibido una educación judeo-cristiana, muy proclive a la clase de jerga motivo de la querella en cuanto la sexualidad se entiende en contra de lo que esa mala educación originó en muchos de sus fieles: Esta tipa es una zorra repugnante. Es una guarra. Es una puerca, y está fabricando degenerados. 

Esa jerga dice haberla proferido quien así brama como juicio crítico sobre la educación sexual desarrollada por el departamento de la citada señora. El abogado que le defiende estima que tal proceder no es delito sino falta, por entender que no hay mortificación de la persona. Esto es, que según el diccionario de la Academia de la Lengua no afligió, no desazonó o causó pesadumbre o molestia a la ofendida.   

La ofendida cree que las disculpas dadas por el ofensor no redimen del atentado contra el honor y la difamación. El juicio ha quedado visto para sentencia y tengo el presentimiento de que la ofendida se quedará con la ofensa y el ofensor, reafirmado en su privilegio de ofender hasta la próxima. Ojalá me equivoque.

DdA, X/2.501

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