lunes, 28 de octubre de 2013

CARNE DE PERIODISTA DEVALUADA EN ASTURIAS

Poncela&Heredia
Jaime Poncela

El precio de la carne de periodista ha vuelto a devaluarse en Asturias. Hace una semana escuché con estupor como un diputado del PP en la Junta General, su señoría Cuervas-Mons,  mostraba su engolada y prepotente indignación ante el hecho de que los redactores de la RTPA iban a las ruedas de prensa y preguntaban cosas que no se correspondían con el tema de la convocatoria.
Qué traviesos, qué malones, toca ir a setas y ellos quieren ir a Rolex. Mira que no dar las gracias al cielo por poder escuchar gratis a nuestros estadistas. Es posible que  este diputado de ración (va en el menú de la lista cerrada desde hace años) siga los pasos de su jefe Rajoy y empiece a dar ruedas de plasma (antes llamadas ruedas de prensa) para que no haya preguntas impertinentes o extemporáneas. Lo lógico sería pensar que un tipo que cobra al mes 4.550 euros por representar a los ciudadanos tenga incluido en el sueldo contestar a preguntas que no vienen en el guión ¿no? En todo caso, siempre puede hacer lo mismo que hace Mariano Rajoy y, simplemente, no contestar a nada de lo que se le pregunta, mentir al hacerlo o recurrir al clásico diálogo de besugos:
-¿Dónde vas?
-Manzanas traigo.
Por si fuera poco, el sindicato UGT le ha puesto la proa con muy malos modos a un veterano periodista: Xuan Cándano. Los palos y el acoso al redactor vienen, “casualmente”, después de que una revista en la que este profesional participa haya publicado algunas informaciones que revelan ciertas actividades ugetistas a las que resulta difícil encontrar cualquier parecido con una supuesta praxis sindicalista. Tanto despotismo indica que algo falla. A los políticos que defienden a otros políticos se les elogia por demócratas. Los sindicalistas se parapetan tras la defensa de la clase trabajadora para justificar sus fines y sus medios. Pero si los periodistas nos defendemos unos a otros somos tildados de corporativistas incluso por algunos de nuestros colegas que han olvidado esa frase de Juan Cruz: “los periodistas son gente, que escriben sobre lo que le pasa a la gente para que los entienda la gente”. El tiro al periodista se ha convertido de nuevo en una de las expresiones de la intolerancia a la que huele este país con una intensidad cada vez menos soportable.
Las empresas periodísticas han esquilmado las redacciones, rebajado las condiciones de trabajo al nivel de penosas, nombrado jefes a los tiralevitas y burócratas de la redacción o a paracaidistas que jamás han dado una noticia.  La derecha y la ultraderecha que nos gobiernan andan también muy crecidas con los periodistas. En los últimos tiempos han inventado modelos de censura cada vez más depurados. Amén de la autocensura que genera la precariedad laboral aguda en la que se mueven los profesionales, se dan por buenas fórmulas “de comunicación” tan aberrantes como las ruedas de prensa sin preguntas o las comparecencias autotelevisadas a través “Marianovisión”. En resumen: libertad de expresión para todos, menos para el mensajero. Si cuando los periodistas dan noticias o preguntan y defienden su derecho a hacerlo reciben mordiscos de políticos y sindicalistas y muchos de sus colegas miran a otro lado, esto está peor de lo que parece. Sin políticos y sindicalistas no hay democracia sana, pero sin periodismo independiente tampoco.
Así que la única forma de defenderse es seguir en el tajo. Hacer periodismo a diario, en todas las ocasiones como reza el lema de Asures.info. El periodismo es como el movimiento: se demuestra andando o informando, respectivamente. El valor de poner en marcha nuevos medios de comunicación en estos tiempos tan marrones es la mejor muestra de que el afán por contar lo que pasa y hacerlo con la mayor profesionalidad posible, es una fuerza mayor que la de quienes siguen siendo de la opinión censora de los torquemadas que prefieren que la gente se piense bien lo que dice en vez de decir lo que piensa.
DdA, X/2.524

No hay comentarios:

Publicar un comentario