Esta mañana, la cada vez más interesante y más leída página Un espía en el Congreso incide en uno de los asuntos que más requerimiento tendrían actualmente de ser debatidos en esos programas-debate de los canales de televisión privados (en la televisón pública han dejado de estilarse), pero que con toda seguridad no tendremos la oportunidad de visionar, precisamente por el títular con el que da la noticia El Espía: La censura mediática silencia que 3.158 ciudadanos españoles se han suicidado por la crisis, 119 de ellos por deshaucios. ¿Se atreverían las actuales directivas de TeleCinco a La Sexta, que cada sábado por la noche nos obsequian con vocingleros y encarnizados debates, donde parece que no hay tema tabú queno se toque porque somos libres y muy demócratas todos, a tocar este tema con la profundidad y necesidad de conocimiento público a las que obliga saber, según datos del Instituto Nacional de Estadística, que el suicido es la mayor causa de muerte violenta en España y que esos más de tres mil españoles suicidas en 2011 obedecen a una de las realidades menos difundidas de nuestro presente histórico? Leemos en Un espía en el Congreso:
En Málaga ocurrió este verano un suceso significativo que convendría analizar. Leandro C.M.G.,
de 36 años de edad, se quemó a lo bonzo frente a la Junta de Andalucía,
que le había negado una ayuda para atender a su madre, que falleció por
ello. El político responsable, delegado territorial de Salud y
Bienestar Social en Málaga, el socialista Daniel Pérez,
se lavó las manos: “su expediente no se resolvió favorablemente porque
no se presentó la documentación solicitada”.Hasta el presidente andaluz,
José Antonio Griñán, se mostró inflexible: “no consta ninguna solicitud en la Junta de Andalucía”.
Su
caso apenas suscitó unas líneas en la prensa ni generó interés en el
resto de la sociedad, cuando este mismo hecho en Túnez, cuando el joven
universitario y vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi,
se prendió fuego y produjo desde 2010 una oleada de revoluciones y
derrocamientos de partidos en el mundo árabe: Túnez, Egipto, Libia,
Siria y ahora Turquía, donde la sociedad civil también ha hecho
retroceder al “sultán” Erdogán manifestándose masivamente en la calle sin perder su capacidad de intimidar a los políticos.
La
crueldad e insensibilidad de los políticos en torno al drama de la
pobreza y el paro ha convertido a España en la vergüenza del mundo, sin
que los poderes públicos se aperciban de la gravedad de la catástrofe
para quienes la sufren. Este cataclismo ha obligado al movimiento 15-M a abrir una página en wikipedia para intentar cuantificar el número de suicidios en España
relacionados con la crisis, cifra que va a aumentando cada mes. No
están incluidas las tentativas como la del joven Leandro en Málaga, lo
que incrementaría notablemente la cifra.
La situación parece
evidenciar que en España, ante la falta de alternativas políticas, los
ciudadanos optan por quitarse la vida antes que rebelarse contra el
régimen o ayudar a su derrocamiento o sustitución. Algunos movimientos
sociales están barajando la idea de dar a conocer los nombres de los
políticos con cargo y sueldo vigente que desempeñan su labor en la
provincia en la que se produce el suicidio de un ciudadano por las
crisis, para poder hacerlos algún día responsables del mismo. El propio
Leandro, con quemaduras en un 50% de su cuerpo que le han destrozado la
vida, culpó a Rubalcaba y a la Junta de Andalucía por su desesperación. Los ciudadanos saben bien donde apunta el origen del drama.
Aunque
la prensa y las administraciones públicas lo silencian, ya es oficial
que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España, pues
en 2011 aumentó a 3.158 casos debido a la pobreza, al paro y a los desahucios, según el Instituto Nacional de Estadística.
La enumeración se hace muy difícil en estos casos, que solo
transcienden muy pocas veces a la prensa y cuya relación se publica en
cualquier caso con mucho retraso. Uno de los escasos datos que se
conocen fue divulgado por Tercera Información y Mundo Obrero, dos
diarios que han investigado el drama y han estimado en 119 el número de
personas que se quitaron la vida entre enero y noviembre de 2012 al ser
desahuciados por no poder pagar la hipoteca bancaria.
El
desastre se agrava porque los periodistas del régimen son obligados a
silenciar estos sucesos, ya que los medios de comunicación son víctimas
de una creencia política, alimentada por la “casta”, que presupone que
la publicación de la noticia de un suicidio provoca un sentimiento de
imitación en quien, padeciendo las mismas circunstancias que el
afectado, la lee o escucha. Esto lleva al silencio y a la censura, en
unos momentos en que es fundamental conocer cual es la realidad del
verdadero impacto de la crisis económica en las clases medias y
trabajadoras de España".
DdA, X/2.488
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