Félix Población
El pasado jueves falleció en Valls, Tarragona, a los 95 años de edad, Sebastián Altemir Altemir, un aviador español formado en la URSS para combatir con el ejército republicano, pero que nunca llegó a volar en la Guerra de España, sino en la aviación soviética durante la segunda Guerra Mundial. En 1993 le fue concedido el grado de Coronel de aviación retirado.
El pasado jueves falleció en Valls, Tarragona, a los 95 años de edad, Sebastián Altemir Altemir, un aviador español formado en la URSS para combatir con el ejército republicano, pero que nunca llegó a volar en la Guerra de España, sino en la aviación soviética durante la segunda Guerra Mundial. En 1993 le fue concedido el grado de Coronel de aviación retirado.
Había nacido en
Alins del Monte (Huesca) en 1918. Desde niño vivió en Fonz (Huesca), pequeña
localidad de la ribera del Cinca, muy cerca de Monzón Río Cinca. Trabajaba en su pueblo como campesino cuando en 1937
ingresó en el ejército republicano y en 1938 fue enviado a la URSS para
formarse como piloto aéreo. Según la breve sinopsis biográfica con la que inicia su
libro Vivencias de un maño en la URSS
staliniana : Del Cinca al Volga, el
término de la guerra en España le cogió allí quedándose como emigrado. Se
incorporó a la vida soviética tal y como describe en sus vivencias. En 1957
regresó a España incorporándose a ella en calidad de ingeniero técnico en la
empresa Mecanismos Auxiliares Industriales de Valls (Tarragona) donde acabó su
vida laboral en 1979 en calidad de director de investigación y desarrollo. El
1993 le fue reconocido el grado de Coronel de aviación retirado. Actualmente
vivo en Valls disfrutando de su retiro como ciudadano catalán hermanado con
todos los pueblos de España.
Lo previsto cuando salió de España era que regresara a los siete meses
para combatir en defensa de la República, pero su estancia en
la URSS se prolongó diecinueve años más. En su libro de memorias, escrito hace siete años,
Altemir cuenta muy detalladamente, además de su formación y experiencia vital en aquel país, su participación como piloto
soviético en la segunda Guerra Mundial. No faltan, en el prólogo y en el
epílogo, sus opiniones acerca de aquel sistema político. Según
su punto de vista, la revolución rusa, el
sistema soviético y su extinción son los acontecimientos políticos y sociales
más importantes del siglo XX, pues su influencia en todos los ámbitos de la
vida y en todo el mundo ha sido tan
importante que ha afectado a todo el universo material, social y económico, y
ha suscitado las más variadas opiniones y diferentes enfoques que la mayoría
son equivocadas y erróneas por
ser unas de ignorancia pura y otras intencionadas por intereses particulares.
Resume en tres puntos sus criterios sobre la Guerra de España, el papel de la
URSS en la historia y su ideario comunista.
Sobre
la Guerra Civil creía que nada la justificó y fue provocado por la derecha
intransigente española, que se sirvió de la ayuda del nazismo alemán,
preludiando la segunda Guerra Mundial. Para
Altamir, la URSS obligó al capitalismo a ser más moderado y conciliable con la
presión de la clase trabajadora. Sin la presencia de la Unión Soviética, el
capitalismo salvaje jamás hubiera permitido el bienestar de la clase obrera de
occidente. Miren lo que pasa en el mundo hoy después de la caída de la URSS.
No se olvide, además, que Unión Soviética fue la principal fuerza de choque en
la derrota del nazismo.
“No sé si soy justo en mis opiniones pero intento
serlo –escribe en el epílogo de su libro-, ya que como comunista democrático y ante todo
humanista acepto la opinión de los demás como si fuera propia. Como ingeniero
que soy considero la creación de riqueza como imprescindible para poder hacer
una sociedad aceptable, justa y libre. Pero basado en el principio de que cada
uno debe vivir de su esfuerzo y no se aceptan parásitos. El socialismo creativo
y democrático es posible. Hay que trabajar y producir como en el capitalismo y distribuir
como el socialismo. Fomentar y premiar el esfuerzo y educar y desarrollar la ética
y la conciencia social y colectiva. Los ensayos y errores cometidos en la URSS y en
otros países como la China comunista de hoy así lo aconsejan”.
DdA, X/2.498
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