martes, 3 de septiembre de 2013

EL AYUNTAMIENTO FORISTA DE GIJÓN DISUELVE UNA PROTESTA POLÍTICA

 
Jaime Poncela

El forista Ayuntamiento que lo parió disolvió el domingo la sentada que protagonizaban unos 50 ciudadanos en la plaza de Arturo Arias pidiendo algo tan obvio como el libre uso de los espacios públicos. Esta nueva hazaña de la concejalía de Seguridad Ciudadana (sic) se ha remachado con la apestosa y fascistoide disculpa de que se trataba de una “protesta política”. Y uno se pregunta por qué el adjetivo “político” se usa siempre para desacreditar las acciones de los ciudadanos pero, a la vez, se emplea para encubrir cualquier acción que toman quienes gobiernan, como por ejemplo subirse el sueldo o tapar la calle. La política la hacen solo los políticos, al parecer, y se perpetúan en cargos que terminan por ser hereditarios. Pero los ciudadanos que se meten en política aunque sea al sentarse en el suelo para discrepar, son peligrosos y deben ser disueltos, multados y desacreditados. Así nos luce el pelo. Reivindicar Gibraltar es, al parecer, un gesto patriótico, pero reclamar pacíficamente una plaza pública para tomar el sol o una de sidra es una peligrosa exhibición de agitación política anti sistema, urdida por quienes, según el forismo y algunos más que callan y otorgan, no están capacitados para opinar sobre lo que se hace en su ciudad. La madurez política y cívica de los ciudadanos es algo de lo que presumen mucho los gobernantes cuando la gente va a votarles, a apagar un incendio, a donar sangre, o a batir un récord de echar sidra a mayor gloria de la gestión turística local (sic). Pero si los ciudadanos ejercitan pacíficamente  en la calle su capacidad de juicio, sus libertades individuales y sus cabreos ante decisiones políticas que consideran injustas o desproporcionadas, pierden de inmediato cualquier traza de madurez. De inmediato son tratados como menores respondones, como delincuentes descerebrados o peligrosos terroristas que usan su culo sentado como arma de destrucción masiva y desestabilización ciudadana. Lo que está pasando en la plaza de Arturo Arias ya empieza a ser de vergüenza ajena en las manos de un gobierno municipal que convierte su inseguridad particular en un problema de seguridad ciudadana. Las lógicas presiones de lagareros y hosteleros han servido para que se toleren los culetes de sidra en las calles, pero la presión de los ciudadanos no consigue que se les permita colocar sus traseros en la aceras. Resumen: alguien gobierna con el culo o confunde el culo con las témporas. O las dos cosas.

DdA, X/2.472

1 comentario:

Lazarillo dijo...

Poncela, buen artículoy agudo sentido crítico.Bienvenido.

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