Desde Puebla (México), el
corresponsal del diario Clarín, de Chile, Mario
Casasús, envia a su periódico esta entrevista con Víctor Toledo (1958),
poeta, ensayista, traductor, catedrático universitario y gran conocedor de la
vida y obra de Pablo Neruda. En la interviú se habla de la reciprocidad entre
Neruda y México, señala algunas investigaciones biográficas pendientes y
analiza el presunto asesinato que impidió el exilio del poeta en septiembre de
1973, ayer hace cuarenta años: “Me parece muy posible
ese complot, releyendo incluso los testimonios de mi libro de las últimas
personas que estuvieron junto a Neruda. Hasta donde sé la enfermedad de
la próstata de Neruda era controlable, un médico cirujano especialista en
urología hace su tesis de literatura conmigo sobre la muerte del poeta chileno.
Creo que, aunque es difícil demostrarlo, se ha estado
ocultando el asesinato. Neruda quería y podía seguir luchando”. Esto es lo que
dice Toledo, en respuesta a dos preguntas concretas del periodista:
MC.- Neruda tenía
planes de regresar a México el 24 de septiembre de 1973, ¿te imaginas qué papel
que hubiera jugado el poeta durante su exilio mexicano en oposición a la dictadura?
VT.- Si no el líder de la resistencia hubiera sido uno de los
principales líderes, recordemos su capacidad de convocatoria, su pasión
política profunda, y sus experiencias como senador y candidato a la
presidencia, su trayectoria de luchador social, y el prestigio del premio
Nobel, sus grandes relaciones internacionales: el gran conocimiento y
reconocimiento que le profesaba la Unión Soviética, un México, más
nacionalista, fuerte e independiente.
MC.- Finalmente,
escribiste en tu página de Facebook: “Hasta donde sé la enfermedad de la
próstata de Neruda era controlable” (15.01.2012). ¿Por qué no descartas la
posibilidad del presunto asesinato del Nobel chileno?
VT.- Me parece muy posible ese complot, releyendo incluso los
testimonios de mi libro de las últimas personas que estuvieron junto a Neruda. Hasta donde sé la enfermedad de la
próstata de Neruda era controlable, un médico cirujano especialista en urología
hace su tesis de literatura conmigo sobre la muerte del poeta chileno. Creo que, aunque es difícil demostrarlo, se ha estado
ocultando el asesinato. Neruda quería y podía seguir luchando.
"Hugo Chávez, Cristina Kirchner, Luis Ignacio Lula, Fidel Castro enferman coincidente y extrañamente de cáncer casi al mismo
tiempo, escribe el corresponsal chileno al término de la entrevista.
" Inducir esta enfermedad, a través de químicos, ahora es muy común entre
los espías, antes eran inyecciones las que inducían el paro cardíaco o
respiratorio, u otras alteraciones mortales del organismo, como en el caso de
Neruda. Este procedimiento nunca ha sido novedad, así murieron
envenenados varios faraones egipcios y emperadores romanos".
DdA, X/2.493
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