Antonio Aramayona
Wajda (en España, “La bicicleta verde”, por esa manía de cambiar el título de las películas por razones comerciales) es la opera prima de la directora de cine Haifa Al Mansour, que relata cómo una niña de Arabia Saudí sueña con comprar y montar en una bicicleta. Es decir, describe la absurda mentalidad islámico-machista para con las mujeres saudíes en un régimen teocrático que considera a la mujer un ente inferior y subordinado al macho.
Una niña de 10 años de Riad, Wadja, anhela ir en bici, una a sus ojos maravillosa bicicleta verde, y así competir con un amigo, pero como las leyes islámicas lo prohíben, debe buscar el dinero debajo de las piedras, a escondidas y con mil triquiñuelas. Las mujeres decentes, las chicas decentes no van en bicicleta. Es como aquí, las mujeres decentes no abortan ni tienen relaciones sexuales antes del matrimonio .Las chicas decentes no abortan ni tienen relaciones sexuales antes del matrimonio.
Wadja es una niña inteligente y quiere combatir la intransigente ignorancia de los mayores a base de alimentar esa ignorancia: necesita dinero para comprar la bici, así que se apunta a un concurso de recitación de versos del Corán; quiere conculcar la prohibición de montar en bici, así que se hace una niña devota y obediente. Wadja se sumerge voluntariamente en una aberrante anormalidad para poder alcanzar una meta normal y corriente. Ir en esa bici verde.
Wajda (en España, “La bicicleta verde”, por esa manía de cambiar el título de las películas por razones comerciales) es la opera prima de la directora de cine Haifa Al Mansour, que relata cómo una niña de Arabia Saudí sueña con comprar y montar en una bicicleta. Es decir, describe la absurda mentalidad islámico-machista para con las mujeres saudíes en un régimen teocrático que considera a la mujer un ente inferior y subordinado al macho.
Una niña de 10 años de Riad, Wadja, anhela ir en bici, una a sus ojos maravillosa bicicleta verde, y así competir con un amigo, pero como las leyes islámicas lo prohíben, debe buscar el dinero debajo de las piedras, a escondidas y con mil triquiñuelas. Las mujeres decentes, las chicas decentes no van en bicicleta. Es como aquí, las mujeres decentes no abortan ni tienen relaciones sexuales antes del matrimonio .Las chicas decentes no abortan ni tienen relaciones sexuales antes del matrimonio.
Wadja es una niña inteligente y quiere combatir la intransigente ignorancia de los mayores a base de alimentar esa ignorancia: necesita dinero para comprar la bici, así que se apunta a un concurso de recitación de versos del Corán; quiere conculcar la prohibición de montar en bici, así que se hace una niña devota y obediente. Wadja se sumerge voluntariamente en una aberrante anormalidad para poder alcanzar una meta normal y corriente. Ir en esa bici verde.
La directora no hace una película de oídas,
pues conoce de primera mano lo que ocurre en su país, ya que las ha vivido
personalmente. Lo ha hecho con mujeres y niñas de la tierra, a pesar de la
dificultad de encontrar a algunas que se atrevan a ponerse delante de una
cámara y en público en Arabia Saudí. La
directora no ha podido desplazarse a exteriores sentada en un coche, mucho menos
conduciendo un coche, sino dentro de la cabina de una furgoneta, desde donde,
mediante un walkie-talkie y un monitor, dirigía a los actores y al equipo técnico.
Arabía Saudí, sin embargo, es un país “amigo”,
un “aliado”. Allí hay bases norteamericanas, y se hace la vista gorda con los
derechos humanos. Las democracias y los demócratas occidentales demuestran así,
una vez más, tener una hedionda doble vara de medir.
España, entretanto, descansando de la Copa
de Confederaciones.
Puntos de Página
QUIERO SER TU FLORERO, URDANGARÍN
Antonio Aramayona
De mayor yo quiero ser mujer florero, metidita en casita yo te espero. Créanme, yo desconocía los errores que haya podido cometer Iñaki,
mi esposo. Siempre he pensado, por ejemplo, que nuestra residencia
barcelonesa del Pedralbes, más los pisos y los garajes adquiridos en
Palma y Terrassa han sido exclusivamente fruto de nuestro trabajo y del
buen hacer de mi marido y sus colaboradores. De hecho, trabajaban a
veces hasta altas horas de la madrugada y yo me acercaba solo por si
querían una copa o alguna otra bebida.
+@Sigue en El Periódico de Aragón
DdA,. X/2.425
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