lunes, 10 de junio de 2013

SIETE DÍAS DE HAMBRE EN UNA HUELGA INDEFINIDA DE LA LIMPIEZA SANITARIA EN ARAGÓN

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Ana Cuevas

Sumergidas en una huelga indefinida después de veintiún días (con tres personas en huelga de hambre desde hace seis). A pesar de haber sido acusadas de vandalismo o haber padecido todo tipo de estrategias propagandísticas o intimidatorias por parte de las empresas. Después de tres despidos injustificados con el único fin de escarmentar al populacho. Las limpiadoras de los centros sanitarios de Aragón creemos que sí se puede. Creemos (porque lo experimentamos) que la unidad sindical es posible, la asamblea de trabajadores soberana y la dignidad obrera una obligación ineludible. Creemos en la solidaridad de los ciudadanos y ciudadanas aragoneses que nos trasmiten calor de mil formas y maneras. De las asociaciones de barrios. De los grupos parlamentarios de la izquierda aragonesa que nos mostraron su apoyo en las Cortes en el último pleno. Del 15-M y las Mareas ciudadanas. De los trabajadores de otros colectivos que nos donan un día de paga para reforzar la caja de resistencia. De los articulistas y periodistas de esta noble tierra que se decantan toreramente por nuestra pequeña rebelión de las escobas. Tantos gestos de afecto, tanto cariño, que solo podemos sentirnos orgullosas de la gente de esta tierra. Creemos (aunque parezca suicida para el predestino neocon que traza el lado oscuro) que la hermandad entre los trabajadores es la clave para poder defenderse de quienes quieren degradar los derechos laborales. Creemos que sí se puede. Somos solo un colectivo compuesto mayoritariamente por mujeres de clase humilde. Madres de familia que se ganan el pan para sus hijos. Pero sin querer, hemos formado una tormenta perfecta. Un irreductible reducto de resistencia femenina. La cola de ratón que osa sacar las zarpas del león. Aún no sabemos el desenlace que tendrá nuestra lucha. Pero sea el que sea, nos sentiremos satisfechas de haber plantado cara. Gracias a todas y a todos que, como nosotras, creéis que sí se puede. Mil quinientos abrazos fraternales. Y ya me perdonarán los desatinos, pero siete días de hambre, no ayudan mucho a las neuronas. Salud y mucha fuerza. Como dijo el filósofo, ¡juntos somos invencibles!

DdA, X/2.409

2 comentarios:

Folía dijo...

Ana, mucho ánimo para ti y tus compañeras. Deberíamos tomar ejemplo de vuestra valentía y vuestra dignidad.

Lazarillo dijo...

Yo también te deseo fortaleza y ánimo, para ti y para quienes están contigo en esa lucha. Un cordial abrazo.

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