Cristina Calandre Hoenigsfeld
He
de reconocer que ya debería estar inmunizada frente a los desprecios
que por parte de los encargados de la Residencia de Estudiantes y de la
Fundación Giner de los Rios (que por cierto suelen ser los mismos) se
hacen al Dr. Calandre. Pero
siempre me sorprenden negativamente y esto despierta en mi adormecida
conciencia como ciudadana, investigadora y nieta del eminente Dr. Luis
Calandre Ibañez, un deseo de protestar.
En esta ocasión se trata del Boletín de la ILE de julio del 2012, nº 85-86, que lleva el sugerente título: “Nuevas aportaciones en torno a la historia de la Residencia de Estudiantes”.
El director de este boletín es José-Carlos Mainer, y en su Consejo de
Redacción están, entre otros, Gonzalo Anes (Director de la Real Academia
de la Historia), Elías Díaz, José García-Velasco,
Diego Gracia, Elvira Ontañón, José Manuel Sánchez Ron, Virgilio
Zapatero, etc. El Secretario de redacción es Carlos Wert, hermano del
actual ministro de Educación, Cultura y Deportes, J. Ignacio Wert.
El tema prometía y sobre todo el capítulo escrito por José García-Velasco hasta me hizo tener ciertas ilusiones: “La Residencia de Estudiantes y los residentes durante la guerra civil, el exilio y la postguerra: epistolario y documentos”.
Pero, como siempre, me llevé la gran decepción, pues resultó que, otra
vez más, queda fuera toda la labor del Dr. Calandre en el Hospital de
Carabineros y la exitosa lucha contra una epidemia de malaria desatada
en los frentes de Madrid, en los años 1937-39. Por
supuesto nada se dice de que, para la instalación de dicho ejemplar
Hospital, se construyó por la II República un refugio antiaéreo debajo
de la Residencia, que existe todavía, pero parcialmente destruido por su
“ejemplar” rehabilitación. A
riesgo de ser repetitiva, quiero recordar que, desde el año 2008, ya
hay muchos estudios, libros y tesis doctorales que así lo demuestran,
comenzando por el mío: “El Dr. Calandre, de la JAE al exilio interior”,
en el que detallo tanto la epidemia de malaria, como el refugio
antiaéreo.
Pero
incluso en el propio BILE nº extra 78-79-80, año 2010, publicado con
motivo del centenario de la Residencia, en el artículo de Álvaro
Ribagorda: “Un triste epílogo bajo las balas: La Residencia durante la
Guerra”, se habla claramente –página 372– acerca del tratamiento del
paludismo llevado a cabo en el Hospital de Carabineros. Dicho
autor, también en su libro “El Coro de Babel, las actividades
culturales de la Residencia de Estudiantes”, publicado por la propia
editorial de la Residencia, en págs. 342 y 343, da cuenta de las
publicaciones sobre esta epidemia de malaria y su tratamiento por los
médicos que se encontraban en dicho Hospital, bajo las órdenes del Dr.
Luis Calandre Ibáñez
José García Velasco nos dice en su artículo que el informe informe Donato sobre
la Residencia en la guerra “es inédito”, pero esto no es cierto, dado
que en mi libro anteriormente indicado, página 108, lo cito ampliamente,
y Álvaro Ribagorda también lo cita varias veces en el BILE del 2010, y
nos lo describe en la página 364: “Francisco
Donato: Informe de los hechos ocurridos en la Residencia… 14 de junio
de 1939 AGA (Archivo General de la Administración), Ministerio de
Instrucción pública, legajo 582.
Y
es que todo lo que rodea a la documentación de la Junta para Ampliación
de Estudios (JAE) y que nos detalla Alfredo Valverde, está poco claro,
por mucho que él se esfuerce en decir lo contrario. Por ejemplo, yo
estuve en el Archivo General de la Administración (AGA) hace años,
buscando en concreto este “informe Donato” de junio de 1939 y, tras
cambiarme sibilinamente el legajo 582 que yo pedía por otro con el
numero cambiado, a ver si colaba, al darme cuenta y protestar me
confesaron que dicho informe lo tenían en la Residencia de Estudiantes
desde hace 20 años, en préstamo, lo que no nos dice
Alfredo Valverde en su explicación. De este modo, ha estado dicho
informe sustraído del AGA, con las consecuencias negativas para los
investigadores.
¿Por
qué tanto interés en ocultar este informe? Pues, entre otras cosas,
porque en él se explica muy claramente que, durante la guerra, en los
campos de deportes de la Residencia, se seguía haciendo ciencia, por
parte de la JAE, aspecto que fue obviado por los principales
investigadores de la JAE y la Residencia, especialmente Sánchez Ron,
académico y catedrático de historia de la ciencia, en sus libros y
exposiciones.
Según el informe Donato:“…
Cuando se ausentó el director de la Residencia, su vivienda fue ocupada
por el Museo de Ciencias Naturales, en cuyo local se instalaron los
laboratorios de Histología y Biología Vegetal que dirige Don Antonio de
Zulueta: para el mismo fin y como campo de experimentación, ocuparon
también dos de los campos de tenis vallados que tiene la Residencia,
donde instalaron un depósito metálico de agua con base de mampostería en
el centro de los mismos…”
Esta
política archivística de la actual Residencia es habitual en ellos:
sólo dejan consultar su archivo a los investigadores que son de su
confianza, como lo fue por muchos años José Manuel Sánchez Ron, que dio
una visión histórica de la JAE totalmente deformada. Los documentos
dados por mi familia en custodia, desde el año 1990,
con motivo de un pequeño homenaje que hicieron a mi abuelo, han sido
sistemáticamente ocultados a los investigadores, ya que entre ellos
estaban varios de los boletines que describían la epidemia de paludismo,
y que ahora pueden consultarse libremente en mi web luiscalandre.com. Cuando
ponen las fotos del Hospital de Carabineros, nunca indican que
provienen del álbum Calandre, como si fueran de su propiedad, no
siéndolo, como ya les he reclamado varias veces. sin éxito, por
supuesto.
Finalmente,
como viene siendo habitual en las publicaciones de la Residencia y del
CSIC, para seguir legalizando el franquismo, y con ello la monarquía y
su Constitución, nos dice Valverde en su artículo, página 88: “Aunque la
JAE continuara sus actividades en zona republicana hasta el final de la
guerra… y el Dr. Calandre como subdelegado en Madrid, en el bando
nacional fue disuelta mediante una orden ministerial de 19 de mayo de
1938…”
Nos
encontramos de nuevo con un BILE que ignora la verdadera historia
republicana frentepopulista de la Residencia. Esas “nuevas aportaciones”
ya no tienen la excusa de que no hay documentación desclasificada o
bibliografía que trate la temática. Simplemente quieren borrar de la
historia que unos intelectuales liberales sí conectaron con el Frente
Popular y que la II República controló, en la misma Residencia, una
epidemia de malaria.
Lo
grave es que estas publicaciones suelen hacerse con generosas
subvenciones públicas (en el caso concreto del BILE es del Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte) y van construyendo una historia falsa e
interesada desde que comenzaron los estudios sobre la Residencia y la
Junta para Ampliación de Estudios en 1986. Algunos responsables de la
Residencia han afirmado que sus esfuerzos van encaminados a mantener el
“espíritu de concordia de la Transición”. Y no ven mejor medio para ello
que ocultar el espíritu nítidamente republicano de la Residencia, que
es una forma radical de desnaturalizarla. Quizás por ello destruyeron el
refugio antiaéreo republicano, para que no hubiera pruebas físicas de
lo que ahí existió. ni de su historia de lucha antifascista.
DdA, X/2372
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