Félix Población
Dos días antes de la celebración de los comicios en
Venezuela, las encuestas colocaban al candidato Nicolás Maduro siete puntos y
pico por encima del candidato opositor Henrique Capriles. Debería extrañar que siendo así,
la victoria del primero haya sido por poco más de un punto y medio, pues hasta ahora el cálculo de los sondeos previos
solía aproximarse bastante al resultado electoral. Que yo sepa, nadie por aquí ha
destacado este súbito incremento de 700.000 votos opositores en relación con los obtenidos
hace tan solo seis meses y en contra de las últimas previsiones demoscópicas.
Me ha llegado información desde Caracas que habla de la compra del
voto a favor de Capriles días antes del 14 de abril. Dos habrían sido las tarifas: a 1500 bolívares en la
capital y a 200 y un kilo harina de maíz en las zonas rurales de Los Andes. Incluso
se refiere la fuente que me ha dado estos datos a personas arrepentidas que luego se
acercaron a líderes del gobierno para disculparse por su proceder. Según el mismo informador, también cabe la posibilidad de que la guerra mediática feroz de los
medios privados -donde casi toda la cobertura informativa se la llevó Capriles-
haya tenido su influencia, junto al desgaste y la ausencia del líder carismático,
unida a la dificultad de asimilar el nuevo liderazgo de Maduro. Había gente en
las concentraciones que mientras agitaba una bandera no dejaba de llorar por el
recuerdo de Chávez.
"Ganamos, sí -me dice quien me participa esa información y merece mi confianza-,
pero lo estrecho de la victoria obliga a profundizar en la revolución muy
intensamente en cuanto a eficacia y eficiencia, burocratismo y corrupción. Eso -asegura-
lo tiene muy claro Nicolás Maduro, que creo va a ser mucho más contundente que
el propio Chávez: Tengo mucha esperanza, a pesar de que el chimbo candidato de
la derecha oligárquica no ha querido aceptar el resultado de las urnas y canta
fraude, algo que es imposible porque nuestro sistema electoral está blindado y
es el más seguro del mundo".
Con relación a la sangrienta jornada del pasado
lunes, en la que partidarios de Capriles asesinaron a siete militantes o
simpatizantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, mi fuente asegura que fue
un día tenso, pero que la actitud firme del gobierno ha obligado al candidato
derrotado a rechazar explícitamente la violencia, por lo que es muy posible que
se serenen los ánimos de sus seguidores. Sobre esos hechos, tal como señalábamos ayer
aquí, los medios de información de nuestro país mantuvieron durante buena parte del martes un inexplicable silencio, solo roto cuando el ministro de Asuntos
Exteriores de Venezuela convocó a la delegaciones diplomáticas en Caracas.
Es
de significar que mientras se producía esa violencia, el diario El País -cuyo trato de favor a Capriles es manifiesto-
titulaba su análisis de los resultados electorales como El fin del lumpen chavista,
calificando de victoria moral, si no real, la derrota de la oposición.
Posiblemente nunca en la historia del periodismo libre se haya enjuiciado de modo tan infame el
resultado objetivo de unos comicios democraticos cuya solvencia está avalada internacionalmente, por lo que es muy probable también que el
citado diario haya culminado con esa crónica -por ahora- su bochornoso currículo de
tergiversación informativa y opinativa sobre la revolución bolivariana.
A tono
con esa crónica, la de la corresponsal en Caracas de la cadena SER hablaba esta
mañana de que a nadie le puede extrañar que en un país con los índices de
violencia que se registran en Venezuela, hayan sido asesinadas siete personas
al día siguiente de las elecciones, ocultando con ello que todas las víctimas seran militantes o simpatizantes del partido vencedor, algo que hoy mismo -también- se oculta en la crónica que publica El País.
Que por parte del chavismo no haya habido agresiones y se haya limitado a cumplir cívica, pacífica y democráticamente con la palabra y el voto, constituye una segunda victoria de Nicolás Maduro, que ratifica la obtenida en las urnas.
PUNTOS DE PÁGINA
+@En una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo español manifiesta su respeto al resultado electoral en Venezuela. Margallo dice que sus palabras fueron "un malentendido". El presidente electo de Venezuela se lo agradece: "Cuenten con nuestra amistad y con nuestro respeto"
+@Arrestados militares venezolanos con planes golpìstas
+@El presidente electo Nicolás Maduro afirma que Capriles planifica un autoatentado
HEMEROTECA PUNTUAL
El líder de la oposición venezolana Henrique Capriles se reunió hace un par de meses en Colombia con el expresidente del Gobierno español Felipe González, según anunció el líder opositor en su cuenta de Twitter, en la que público además una fotografía en la que se ve a ambos. «Una larga conversa en Bogotá con un gran Amigo de nuestra Venezuela, el Presidente Felipe González», escribió junto a la imagen en su cuenta y sin dar más detalles sobre lo tratado.
+@El presidente electo Nicolás Maduro afirma que Capriles planifica un autoatentado
HEMEROTECA PUNTUAL
El líder de la oposición venezolana Henrique Capriles se reunió hace un par de meses en Colombia con el expresidente del Gobierno español Felipe González, según anunció el líder opositor en su cuenta de Twitter, en la que público además una fotografía en la que se ve a ambos. «Una larga conversa en Bogotá con un gran Amigo de nuestra Venezuela, el Presidente Felipe González», escribió junto a la imagen en su cuenta y sin dar más detalles sobre lo tratado.
DdA, IX/2361
2 comentarios:
Es una vergüenza lo de los medios de comunicación de aquí. Además nos hablan de la falta de libertad de prensa y de expresión en Venezuela y cuando nos "resumen" lo que dicen los periódicos venezolanos todo es en contra de Maduro y a favor de Capriles. Pues vaya represión tan curiosa.
Si los partidarios de Maduro hubieran caido en la provocación violenta y efectiva de los de Capriles, la situación sería ahora muy grave. Esos pretendían los derrotados, pero la cultura política ganada durante estos años por el pueblo venezolano ahí está, demostrada con el voto y con su actitud pacífica.
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