Juan Gelman
Se ha cumplido una década de la invasión a Irak y no
parece que el terrorismo haya acabado en un país que EE.UU. y sus socios
de la OTAN “liberaron” de esa peste. Los medios dan cuenta de una
docena de ataques suicidas o con automóviles cargados de explosivos,
especialmente en Bagdad y Mosul, pero también en otras ciudades y
pueblos aledaños a la capital. Los principales dejaron un saldo de 65
muertos y más de 240 heridos. En conjunto, casi cien fallecidos y un
número indeterminado aún de lesionados. Al Qaida “celebró” así el
aniversario. Esa intervención militar “preventiva” causó la muerte de unos
120.000 civiles iraquíes, la de 4800 efectivos occidentales, la mayoría
estadounidenses, el desplazamiento de cinco millones de habitantes
(www.thelancet.com, 16-3-13) y se basó en varias mentiras de la Casa
Blanca capitaneada por W. Bush: Saddam Hussein tenía relaciones con Al
Qaida y un arsenal de armas de destrucción masiva (ADM). El gobierno de
EE.UU. no se enteró sólo después de que no se hallaran en el país
invadido. Lo sabía antes de invadir. +@Página/12
DdA, IX/2340
No hay comentarios:
Publicar un comentario