Felix Población
Leo unas declaraciones del
abogado de Nevenka Fernández, la concejala del Ayuntamiento de Ponferrada que
hace doce años llevó a los tribunales al alcalde de aquella localidad por un delito
de acoso sexual. Ismael Fernández fue condenado por lo que hizo, pero no
inhabilitado, tal como reclamó en su día Adolfo Barreda. Ahora, con motivo del voto
favorable de Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP), formación a la que
pertenece Ismael Fernández, el PSOE logró la alcaldía de la ciudad berciana,
que estaba en poder del Partido Popular al que perteneció Fernández cuando
cometió su delito. Rubalcaba, con unos reflejos más que tardíos, obligó al
nuevo alcalde de su partido a dimitir o abandonar el PSOE y Samuel Folgueral, que así se llama el primer edil,
optó por lo segundo. Todo esto huele tan mal como huele el país desde hace tiempo,
pero lo que más me indigna como ciudadano es que la víctima de aquel acoso
sexual tenga que soportar dos lustros después un nuevo capítulo de su persona vía
crucis, cuando tantos problemas de salud le causó aquel episodio. El culpable pagó en su día una multa y la consiguiente indemnización,
dejó pasar el tiempo, se presentó a los comicios municipales de 2011 con IAP y
obtuvo cinco concejales, cinco, volviendo con ello a la actividad política gracias al olvido o indiferencia de sus conciudadanos. Su
presencia en el Ayuntamiento, otra vez, ha hecho posible que un representante
del PSOE -aunque ya no lo sea- obtuviera la alcaldía de la ciudad. Abochorna la
estrategia, da grima, pero la repugnancia más consistente nos la procura saber que en España quien
fue alcalde del Partido Popular y acosador sexual condenado por la justicia, vuelve a ser concejal
por otro partido en el mismo Ayuntamiento donde gracias al poder de su cargo cometió su delito, mientras su víctima vive en el extranjero, purgando
un nuevo tipo de exilio. ¿No hubiera sido más justo la inhabilitación del acosador para todo cargo público que el exilio de la víctima?
DdA, IX/2329
3 comentarios:
Después de leer el artículo, me pregunto: ¿Para qué pedir listas abiertas, si los ciudadanos tienen tan mala memoria que no recuerdan los hechos acaecidos?. Si no se analizan las actuaciones pasadas y todo se fía a las promesas. En este país nos engañan ahora unos y mañana los otros, con listas abiertas o cerradas. ¡Qué fáciles somos!
estos delitos, si se ha cumplido la condena que el código penal y un juez dictan, ¿no prescriben nunca? ¿Este delito tiene condena perpetua?
Los delitos inhabilitan a la gente para ejercer cargos públicos a perpetuidad, o deberían... por supuesto que si.
Q se busque la vida y se dedique a otra cosa este acosador.
Publicar un comentario