Si fuese necesario probar la infamia y la majadería de la prensa occidental bastaría con citar un par de titulares de hoy.
El diario financiero Les Échos pone en grandes caracteres: “Chávez
redujo las desigualdades al precio de un fracaso económico”. Lo dice un
medio al servicio del neoliberalismo que aumentó la pobreza, la miseria y
las desigualdades en Europa, al precio de un fracaso económico. ¡Hay
que ser caradura!
El conocido Le Monde –referente del progresismo más ligado a los
intereses financieros– titula: “La "revolución bolivariana" privilegió
lo social en detrimento de la economía”. ¿Reímos o lloramos? Los
gobiernos europeos, socialdemócratas o derechistas, han privilegiado la
economía en detrimento de lo social (son gobiernos “serios”,
“responsables”, en los que “no tiene cabida el populismo”) y los
resultados están a la vista. ¡Tartufos!
No es Venezuela la que tiene 30 millones de parados: es la Unión
Europea. No son los hogares venezolanos los que están endeudados en más
del 130% de su salario disponible anual: son los hogares ingleses y
españoles. No son los estudiantes venezolanos los que enfrentan gastos
de inscripción cada vez más altos: son los estudiantes europeos. No es
Venezuela la que se debate con una economía en recesión: es la Unión
Europea. No es en Venezuela en donde aumenta brutalmente la pobreza y la
miseria: es en Alemania. No es Venezuela la que está en default: es
Grecia. No son los bancos venezolanos los que están quebrados y viven
del dinero público: es la banca europea. No es Venezuela el país más
endeudado del mundo, sino Japón, EEUU, Alemania e Italia. No es
Venezuela el país en el que se producen recortes automáticos del
presupuesto en razón de una deuda demencial: son los EEUU.
¿Hay alguien pidiendo a gritos el rescate financiero de Venezuela?
Las regiones que concentran la riqueza planetaria se debaten en un
desastre del cual aun no imaginan cómo salir, lo que no es obstáculo
para que pretendan darle lecciones a países que, por una vez en la
Historia, han preferido a sus pueblos por encima de los intereses
financieros de un puñado de privilegiados.
El diario madrileño El País tiene el descaro de cruzar su primera
página con el titular: “La enfermedad derrota a Chávez”. El País quería
“derrotar” a Chávez, y como sus atentados a la ética y la deontología
periodísticas más elementales no lo lograron, el desprestigiado diario
pone a la muerte de su lado. Saramago tenía la excusa de su infinita
creatividad literaria y la eximia calidad de su prosa. El diario El País
no se apoya sino en la infamia, omitiendo precisar que está al servicio
de un imperio financiero, en un país controlado por la corrupción en
sus más altas esferas, incluyendo a los partidos de gobierno y a la
monarquía. Es verdad que, por el momento, la muerte no ha derrotado al
rey cazador de elefantes, ni a los ex presidentes de gobierno bien
pagados por las multinacionales.
No fui un admirador incondicional de Hugo Chávez. Pero siempre supe,
como ahora, que bastaba ver quienes eran y son sus enemigos para
apoyarlo con todas mis fuerzas. La grandeza de Hugo Chávez también queda
en evidencia por contraste con la bajeza de sus opositores. Nacionales o
europeos. Estos últimos, queriendo hundirlo lo consagraron. Hugo Chávez
debe sonreír en el más allá.
Finalmente, si fuese necesario probar la genialidad de ese gran
dirigente popular, basta con mirar el inmenso vacío que deja su
ausencia. Lo vamos a echar de menos. Yo el primero.
PUNTOS DE PÁGINA
Al principio será congoja
Un estremecimiento recorre nuestra América. Quien fuera el precursor de
lo que viene ocurriendo en el continente nos acaba de dejar. La congoja
parte de los cerros que rodean Caracas y se expande por las venas
abiertas y palpitantes que recorren montañas y llanuras, pavimentos y
arenales. No es frecuente que una partida como ésta provoque tanto
dolor. Suele ocurrir muy de tanto en tanto. Es que la sensibilidad
popular es especial, es muy exigente. No se conforma con los bellos
discursos y los saludos mediáticos. Capta otras cosas. Percibe cuando
hay alguien que se entrega a su causa sin ninguna especulación. Se da
cuenta cuando no hay cálculos ni pretensiones de gloria, cuando la
autenticidad fluye sin ningún acartonamiento y con poco respeto por los
ceremoniales.+@Mario Toer
+@Nuestros demócratas y Chávez. ¿Por qué no se callan?, García Montero
DdA, IX/2325

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