Lazarillo
Cuando le quedan horas al Duque Empalmado -según su propia
firma y chanza del título que ostenta- para
entregar o no junto a su socio Torres la costosa fianza de algo más de 8 millones de euros como imputado en el bochornoso Caso Nóos, suena en los mentideros
de la Corte que el rey
habría dado poco menos que un ultimátum a su hija para que trate de resolver en lo
posible -por lo que a ella respecta y en
calidad de cónyuge-, la grave crisis de la que se resiente la Corona merced a las tropelías
de Iñaki Urdangarín. También es cierto que a esa crisis ha colaborado el año pasado el propio
monarca con sus aventuras cinegéticas en Botswana, por las que pidió escuetas
disculpas. Según fuentes próximas a la Casa Real y ante la posibilidad de que Urdangarín fuera
declarado culpable, Juan Carlos I habría planteado a la infanta Cristina -a la que los próximos ven muy desmejorada últimamente- esta
doble alternativa, comentada hoy en un programa matinal de televisión: o la
duquesa de Palma renuncia a su título y a sus derechos monárquicos, o se
divorcia de Iñaki. La decisión la debería tomar Cristina antes de una fecha tan
señalada como la del 23 de febrero, pues ese día se presume decisivo para que
el exsocio de Urdangarín en sus granjerías, Diego Torres, pueda involucrar con sus declaraciones a la eposa del exbalonmanista, tal y como se viene comentando en los medios. Es de recordar que la infanta Cristina, acaso por tratarse de quien se trata, es la única persona de la junta directiva del Instituto Nóos que no está imputada en el caso.
Ay Suiza, patria querida
DdA, IX/2.297
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Ay Suiza, patria querida
DdA, IX/2.297
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