Félix Población
La virulencia y diligencia con que la caverna
mediática ha cargado contra dos mujeres progresistas, vinculadas respectivamente
con el Partido Socialista y la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ya no
sorprende en este país, aunque sigue abochornando a estas alturas del siglo, pues
no solo es crianza de su mala baba, sino de esa avejentada costra machista que
impregna la médula ideológica del pensamiento más retrógrado. En esta línea están
anclados dos periodistas cuya trayectoria hubo de plegarse al establo del
Partido Popular y sus modélicos patronos, pues de otro modo la sobrevivencia de los dos medios a los que
pertenecen, Periodista Digital (PD) y el diario ABC, no estaría garantizada. Alfonso
Rojo, director de PD, se las vio con Beatriz Talegón, la secretaria de la Unión Internacional
de Juventudes Socialistas (UIJS), en un plató de un canal televisivo para tratar
de vilipendiarla. Rojo vino a decir y dijo que Talegón era una aprovechada, que pese a sus denuncias disfrutaba de las prebendas que su cargo comporta como militante del PSOE, cargo al que había llegado, además, sin ningún mérito en su currículum.
Aconsejo escuchar la respuesta, pormenorizada y educada, que Beatriz Talegón dio a su encendido ofensor -rebatiéndolo
punto por punto y sin inmutarse ante los agravios-, porque esa intervención -al margen de lo que se pueda pensar
de un partido tan cargado de incoherencia ideológica como de arribistas
mediocres- deja asomar el carácter e inteligencia de la actual secretaria de la
UIJS. Es más, creo que Beatriz Talegón podría
ser una figura muy a tener en cuenta si la regeneración del PSOE fuera posible, algo en lo que tengo mis dudas.
Pero si la actitud de Rojo avergüenza, ¿qué decir
del artículo que un tal Ignacio Ruiz Quintano publica en el diario ABC a propósito
de Ada Colau, que con la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha logrado lo
que tan solo hace unos días parecía un imposible: que la iniciativa legislativa
popular a favor de la dación en pago y el alquiler social, avalada por un millón
y medio de firmas, entre a debate en el Congreso, a pesar de la inicial oposición
del partido en el Gobierno?
Como se recordará, fue Ada Colau quien calificó
de cínica y criminal la actitud mantenida por un representante de la Asociación Española
de la Banca,
que desechó la legislación vigente como causa de los miles de desahucios que se
llevan a cabo en España. Pues bien, el tal Quintano, con una misoginia
ultramontana propia de la época a la que se remonta en su columna, afirma que
mujeres como Colau hicieron posible la conquista de América: “Cortés -asegura- escogió
enfrentarse con los aztecas en América antes que a su esposa en España, dado
que para él resultaba más dulce la obsidiana de Moctezuma que el rodillo de
doña Catalina Suárez Marcaida”.
Si se tiene en cuenta que Cortés fue acusado de
estrangular a su esposa, aunque nunca llegara a probarse, y que el asunto por el que
Ada Colau habló en el Congreso lleva el respaldo de casi millón y medio de
firmas, con un creciente incremento de suicidios entre los afectados, la
equivalencia que establece Quintano entre Ada Colau y Catalina Suárez Marcaida, además de un despropósito burdo y propio de un machismo de puro y bragueta, deja a su autor en la más absoluta indigencia moral y profesional, al tiempo que hace mucho más brillante la personalidad moral y humana de la aludida.
DdA, IX/2.306
2 comentarios:
No me parecen comparables. La una (Colau) ha demostrado ser muy, muy valiente. O es que no se ha fijado nadie en la chapa que le dieron en el Congreso al acabar su comparacencia. La otra en tono guays parece que hable en tono informal más para sus queridos amiguetes, que le van a reir la gracia y le van a encumbrar como la nueva apuesta de regeneración del socialismo. La prueba de que ésto último no hay quien se lo trague es la reacción de la gente en la manifestación; yo estuve por allí, batante cerca, y no recuerdo que se le acercara la gente para darle ánimos y saludos.
¿Te has enterado de que Ada Colau, tan antisistema ella, vive (presuntamente) de las subvenciones que recibe del sistema que tanto critica. Puestos a nombrar la coherencia, podríamos empezar por ahí, digo yo...
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