miércoles, 6 de febrero de 2013

LA CORRUPCIÓN Y LOS PERIODISTAS DE PARTIDO


Jaime Richart

A partir de ahora, ya sabemos lo que nos espera de la ma­yoría absoluta, de las artes y del remango de "el par­tido": remoción de jueces, magistrados y fiscales y de­signación de los idóneos; compra de peritos, calígrafos y de otras es­pecialidades, etc. Y sus fieles periodistas, que saben bien cómo se las gastan, a su lado. No quiero ensu­ciar mi pen­samiento imaginando que quizá son estóma­gos agradeci­dos.

Pero no hay más que verles para sospechar. Ponen tanta ofuscación y tanta desfachatez en sus comparecencias te­levisivas o radiofónicas (los de la prensa gráfica sólo se leen entre ellos), que sus opiniones se transforman en asertos y sus razonamientos en alegatos de picapleitos de una causa que hacen suya por el colmo de la fidelidad. Menudos notarios de la realidad de este país son esos in­formantes que van de acá para allá a tapar las grietas por donde salen y se desparraman oleadas de inmoralidad.
   
¿De verdad creen esos periodistas que, con la que ha caído, la que está cayendo y la clamorosa presunción de una conducta que aunque no fuera delictiva es contra toda ética y sensibilidad (millones sufriendo privaciones y ellos viviendo de lujo), su papel es defender a la cúpula de ese partido y que al mismo tiempo creamos en la neu­tralidad que se espera de un periodista ante la conducta oprobiosa o el abuso flagrante de un político y más si es un  gober­nante?

Después de años de caciquismo (Fraga, Baltar, Fabra, Aguirre...), de ineptitudes (Prestige, Cascos, Rajoy, hili­llos), de saqueo del dinero público (Naseiro, Gūrtel, Ca­jas), de despilfarros dolosos (aeropuertos muertos y otros monumentos a la infinita vanidad), de engaños estrafala­rios de truhanes suyos en la banca, ¿cómo se atreven estos personajes del periodismo a hacer protestas de la objetivi­dad a la que su deontología les obliga cuando vemos que están terciando, a veces enfurecidamente, a favor de unos bribones infiltrados en la política?

Precisamente, lo único positivo de toda la historia desde que murió en su cama el dictador son estas denuncias de dos rotativos de ideología relativamente opuesta pero uni­dos en el propósito de sanear un poco a este país. Dos pe­riódicos de la máxima tirada nacional que han publi­cado unos hechos que, por mucha presunción de inocen­cia en el plano procesal que se reconozca, son evidencias de una práctica, la del saqueo sistemático, consustancial al talante de los retrasados de la conciencia social y a la catadura del fascista.

Lo menos que cabe exigir a esos periodistas de partido es que se pongan a la altura de los tiempos que vivimos, que se adhieran a la indignación general por las inacabables estafas, engaños y rapiñas, y que compartan la frustración de millones de españoles. Lo menos que deben hacer es celebrar que colegas suyos se hayan atrevido a sacar a re­lucir las vergūenzas del partido del gobierno y que hayan desenmascarado a unos impostores revestidos de toda la solemnidad con que la política canalla suele envolver, para encubrirlos, a sus pícaros.

Siendo éste un país que tiene a miles de políticos y a sus gobernantes bajo grave sospecha en espera de salir airosos con la complicidad de la justicia asimismo bajo sospecha; un país en quiebra económica, en quiebra jurídica, en quiebra política, en quiebra moral y, lo que es peor, en descomposición social, lo único que les compete hacer es sumarse al saneamiento de la política y de la justicia que exige prácticamente todo el pueblo.

DdA, IX/2.297

1 comentario:

Anónimo dijo...

El periodismo también está en sus horas éticas más bajas, como la política o los políticos del país. Dudo de la ética de los dos diarios y temo que ambos jueguen a propiciar un gobierno de concentración PPPSOE.

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