Jaime Richart
¿Quién falta en este carrusel de imputaciones a políticos,
banqueros, empresarios y miembros de la monarquía? Aun siendo la
corrupción consustancial a la política y a todo el sistema capitalista,
no es posible que exista en el mundo otro país con más sospechosos en
las instituciones que España. Todo el mundo está bajo sospechaa. Para la mayor parte de los medios y para la
ciudadanía, y por un periodo bien largo de tiempo, vienen siendo
principales sospechosos el yerno y la hija del rey, su entorno y el
propio monarca, banqueros y aficionados, el partido del gobierno,
miembros del gobierno, los patronos y sus representantes, la Iglesia y
sus jerarcas, las altas instancias de la judicatura, los alcaldes de las
grandes ciudades, los notarios... ¿Habrá celdas o picotas para todos
los presuntos corruptos, cada día menos presuntos y más numerosos y de
más alta alcurnia?
Las constantes mentiras del propio presidente del
gobierno, de sus portavoces y de la ministra con pruebas indiciarias de
corrupción que practica recortes salvajes en sanidad, en lugar de
desvanecer la sospecha la ahonda. El proceso público incoado por el
periodismo no es banal. Se funda en investigaciones propias y de las
policías anticorrupción, y en la delaciones de miembros del partido.
No sé si la ceremonia de la confusión desplegada
por el gobierno para contestar a la sospecha, es premeditada. Pero si es
premeditada es vergonzosa por la consistencia de lo que son más pruebas
que indicios. Y si no lo es, peor, porque ese continuo de
contradicciones mueve a pensar que tienen escasa formación técnica o
jurídica. A veces parecen unos indocumentados. Y si son licenciados,
peor, porque entonces ofenden la inteligencia de sus colegas de carrera.
Y si se dan cuenta de que estos se van a dar cuenta y a ellos no les
importa, peor, porque en lugar de pensar que son unos impostores y unos
probables saqueadores del dinero público, pasaremos a pensar que son
unos indeseables que se adueñaron del poder y no están dispuestos a
soltarlo aunque todas las pruebas materiales del mundo les comprometan y
condenen al menos éticamente.
Estos truhanes presuntos dicen que nada está
probado y que hay que esperar al dictamen de la justicia. ¿Creen que en
el ideario de la ciudadanía es necesario esperar a ese momento, tantos
años? Al ciudadano común le basta la avalancha de detalles y la
presunción que ya establecía anteriormente de que muchos políticos están
en la política no para servir al pueblo sino para enriquecerse. Por
otro lado, carece de todo sentido que los dos periódicos de tirada
nacional más prestigiosos del país se inventen o manipulen una realidad
como ésta.
La ciudadanía ya lo presumía. Primero, porque
estamos en España y España es tierra de pícaros. Segundo, porque el
despilfarro del dinero público ya era una evidencia y es otra manera de
robar. Tercero, porque el partido del gobierno ha venido a lo largo de
estos treinta y cinco años dando muestras constantes de prepotencia
fascistoide (como el dictador y su familia que confundían el patrimonio
nacional con el suyo), a través de escuchas telefónicas que aunque no
hayan servido para otra cosa que para defenestrar al juez que las
ordenó, no han dejado de producir la impresión de latrocinio
generalizado en distintas Comunidades Autónomas.
En los años que lleva de democracia de mínimos este
país, aparte la funesta administración actual para el interés público
por parte de este estrambótico gabinete y la connivencia por activa o
por pasiva con los ladrones, jamás ha habido otro gobierno de tan bajo
nivel, técnico y retórico.
La política puede ser considerada un arte y los
políticos unos artistas. Pero estos hacen de la política un oficio de
baja estofa, y ellos asemejan una banda de pésimos actores de una pésima
compañía de teatro montada para mejor saquear. Todavía se oyen ecos de
las necedades del jefe: de los hilillos del Prestige, del primo que
negaba el cambio climático, de “la niña”, de los chuches, o del "bobo
solemne" como llamó al anterior presidente en sede parlamentaria...
Perlas grotescas y ridículas de un incompetente ambiguo y sospechoso de
haber cobrado sobresueldos no declarados.
Parece ser que por ahora el número de los imputados
pasa de 400. Pero aunque sean cientos, parecen miles, y los no
imputados están en espera de serlo o son sospechosos o ya están entre
rejas aunque, como siempre sucede, sea por poco tiempo, recuperando el
dinero escondido y dando por bien empleada la falta de un poco de
libertad. Al paso que va el país y como consecuencia del
tirar de la manta de unos y del desmadejar de otros, la clase política,
la empresarial, la banca y la monarquía deberían dar por terminada su
representación en este patética farsa democrática.
Para el comienzo de la regeneración política,
habría que empezar abrogando la Ley D'Hont Electoral que da lugar a un
panorama desalentador en el reparto nominal del poder; un poder
concentrado en dos partidos únicos a efectos prácticos que son los que
han originado la catástrofe económica y moral que padecemos. El pueblo
debe recuperar el poder que en realidad nunca ha tenido. Actúe el
pueblo, antes de que estos charlatanes impresentables vacíen las arcas
públicas, y antes de que se produzca la total descomposición política y
social.
PUNTOS DE PÁGINA
JUEVES 21, A LAS 18.00 HRS.
FRENTE AL MINISTERIO DE EXTERIORES (PLAZA DE LA PROVINCIA 1, MADRID)
NO A LAS CONDENAS CONTRA ACTIVISTAS SAHARAUIS
El pasado domingo 17 de febrero, un tribunal militar de Rabat sentenció a un grupo de 24 saharauis detenidos tras el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, en noviembre de 2010. Recibieron sentencias de cande perpetua, y penas de hasta 30, 25 o 20 años de cárcel. Este juicio se desarrolló sin las mínimas garantías, y los observadores internacionales denuncian numerosas irregularidades. Se trata de un ejemplo más, quizás el más grave en los últimos tiempos, del acoso al que son sometidos los defensores de derechos humanos saharauis. El movimiento solidario con el Pueblo Saharaui muestra su rechazo más absoluto ante este juicio, realizado en el contexto de la ilegal ocupación del territorio.
Comunicado de CEAS-Sáhara sobre sentencias: http://saharaindependiente.org/spip.php?article1188
Más información sobre las sentencias y reacciones: http://poemariosaharalibre.blogspot.com.es/search/label/Juicio%20Gdeim%20Izik
FRENTE AL MINISTERIO DE EXTERIORES (PLAZA DE LA PROVINCIA 1, MADRID)
NO A LAS CONDENAS CONTRA ACTIVISTAS SAHARAUIS
El pasado domingo 17 de febrero, un tribunal militar de Rabat sentenció a un grupo de 24 saharauis detenidos tras el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, en noviembre de 2010. Recibieron sentencias de cande perpetua, y penas de hasta 30, 25 o 20 años de cárcel. Este juicio se desarrolló sin las mínimas garantías, y los observadores internacionales denuncian numerosas irregularidades. Se trata de un ejemplo más, quizás el más grave en los últimos tiempos, del acoso al que son sometidos los defensores de derechos humanos saharauis. El movimiento solidario con el Pueblo Saharaui muestra su rechazo más absoluto ante este juicio, realizado en el contexto de la ilegal ocupación del territorio.
Comunicado de CEAS-Sáhara sobre sentencias: http://saharaindependiente.org/spip.php?article1188
Más información sobre las sentencias y reacciones: http://poemariosaharalibre.blogspot.com.es/search/label/Juicio%20Gdeim%20Izik
DdA, IX/2.311
1 comentario:
Pues la Ley D'Hont que tan mala prensa tiene no es la causante de la disparidad existente entre los votos y los representantes elegidos. Esa ley los distribuye con bastante ecuanimidad. El problema es el sistema electoral que, por cierto, es igualmente injusto en prácticamente todos los países. Ese sistema electoral que se basa en la circunscripción provincial que, si bien da unos resultados bastante similares respecto a porcentaje de votos y de representantes elegidos en las cuatro o cinco provincias de mayor población -lo que demuestra mi aserto de que no es la Ley D'Hondt la culpable-, no sucede lo mismo en las restantes. Además, se dan dos diputados de "propina" a cada provincia lo cual desfigura aún mucho más el resultado final.
El problema no es el sistema sino la Ley Electoral en sí.
Saludos
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