Según el diccionario español, bribón es quien vive en holgazanería
picaresca o se da a ese género de vida. ¿Qué es si no bribonería eso
que hacen estos vividores, estos pícaros apoltronados en el poder? Cada
día sale a relucir una bajeza, una ruindad, un abuso de esta chusma
política.
Ahora la reproducción en la portada de un periódico
de las hojas de contabilidad del tesorero del partido en el gobierno,
que atestiguan haber pagado ilícita o irregularmente durante años sumas a
los jefes, no son presunción sino prueba de ilicitud o grave falta de
ética de los miembros del gobierno español y su partido. Son demasiado
apabullantes las evidencias, a las que además se suman los despilfarros,
los engaños, los desfalcos y los fraudes, suyos y de los bancos. Son
demasiadas maquinaciones y bucanerismo que llevan muchos años moviendo a
repulsión y escándalo de la ciudadanía.
Si estuviésemos en tiempos más bonancibles social y
económicamente, todo esto hubiera acabado diluido en el manejo de los
hilos judiciales desde el propio partido y en la usual indiferencia
ciudadana. Si fuese otro el trance, todo se hubiera liquidado con una
sentencia condenando al periódico que ha publicado esa demoledora prueba
contra los bribones, y todo seguiría igual. Es decir, ocurriría lo que
sucedió con otras situaciones y pruebas tan contundentes como ésta -las
escuchas telefónicas ordenadas por el juez Garzón, por ejemplo- que
acabaron anulando la investigación y condenando al juez. Pero las
actuales circunstancias sociales y económicas que vive este país, no van
a permitir pasar por alto las evidencias de bellaquería que no cesan de
un partido político que, aunque oficialmente se le llame así, todo
indica que es otra cosa.
La situación de pobreza o empobrecimiento de
millones de españoles; la impotencia y la vergüenza ante la
incompetencia de los gobernantes para resolver sus problemas; la
absoluta pérdida de credibilidad de una facción política que cada día
parece más un monipodio que un partido político y sus miembros, más unos
impostores entregados al abuso de poder que políticos; y todo bien
manifiesto aunque, como ocurre con las mafias y los mafiosos, sea
técnicamente dificultoso de probar, potencia la indignación hasta la
rabia de todas las clases sociales a unos niveles que sitúan a este país
al borde de la sublevación.
Si no se producen dimisiones en cadena, si no se
disuelven las Cortes y no se convocan elecciones, estos bribones se
convertirán en usurpadores del poder y será difícil que España no salte
por los aires.
+@Los constructores de los Papeles de Bárcenas tienen cinco concesiones de hospitales en Madrid
+@Los constructores de los Papeles de Bárcenas tienen cinco concesiones de hospitales en Madrid
PUNTOS DE PÁGINA
Excelente artículo de quien fuera director del diario ABC, José Antonio Zarzalejos, bajo el título ¿Hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?, que el periodista dirige a modo de carta abierta al Presidente del Gobierno en estos términos: En definitiva, señor Rajoy, España y sus ciudadanos viven en la peor
crisis de todas, que no es la política, ni siquiera la económica: viven
–vivimos- en una crisis de fiabilidad democrática porque no confiamos en ustedes después de haber intentado hacerlo con tanta reiteración como ingenuidad. Se ha invertido la carga de la prueba:
son ustedes, señor presidente, los que deben demostrar que son
inocentes porque nadie cree que lo sean después de tanto manosear esa
presunción constitucional como cortafuegos a sus responsabilidades.
Ignoro, señor presidente, si, como se dice, ‘pasa’ usted o no de los
medios de comunicación nacionales y extranjeros, si le importa o no lo
que se escribe y se dice en ellos. Pero hoy por hoy abrir un periódico
de papel, entrar en uno digital, escuchar la radio, ver la televisión o
participar en las redes sociales es exactamente igual a introducirse en
una jungla de informaciones todas ellas desalentadoras sobre la falta de
probidad de la clase dirigente y la ausencia de solvencia de las
instituciones. Provoca náusea.
DdA, IX/2.293
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