sábado, 2 de febrero de 2013

ANTE UN GOBIERNO DE BRIBONES, NUEVAS ELECCIONES

Jaime Richart

Según el diccionario español, bribón es quien vive en holgazanería picaresca o se da a ese género de vida. ¿Qué es si no bribonería eso que hacen estos vividores, estos pícaros apoltronados en el poder? Cada día sale a relucir una bajeza, una ruindad, un abuso de esta chusma política.

Ahora la reproducción en la portada de un periódico de las hojas de contabilidad del tesorero del partido en el gobierno, que atestiguan haber pagado ilícita o irregularmente durante años sumas a los jefes, no son presunción sino prueba de ilicitud o grave falta de ética de los miembros del gobierno español y su partido. Son demasiado apabullantes las evidencias, a las que además se suman los despilfarros, los engaños, los desfalcos y los fraudes, suyos y de los bancos. Son demasiadas maquinaciones y bucanerismo que llevan muchos años moviendo a repulsión y escándalo de la ciudadanía.

Si estuviésemos en tiempos más bonancibles social y económicamente, todo esto hubiera acabado diluido en el manejo de los hilos judiciales desde el propio partido y en la usual indiferencia ciudadana. Si fuese otro el trance, todo se hubiera liquidado con una sentencia condenando al periódico que ha publicado esa demoledora prueba contra los bribones, y todo seguiría igual. Es decir, ocurriría lo que sucedió con otras situaciones y pruebas tan contundentes como ésta -las escuchas telefónicas ordenadas por el juez Garzón, por ejemplo- que acabaron anulando la investigación y condenando al juez. Pero las actuales circunstancias sociales y económicas que vive este país, no van a permitir pasar por alto las evidencias de bellaquería que no cesan de un partido político que, aunque oficialmente se le llame así, todo indica que es otra cosa.

La situación de pobreza o empobrecimiento de millones de españoles; la impotencia y la vergüenza ante la incompetencia de los gobernantes para resolver sus problemas; la absoluta pérdida de credibilidad de una facción política que cada día parece más un monipodio que un partido político y sus miembros, más unos impostores entregados al abuso de poder que políticos; y todo bien manifiesto aunque, como ocurre con las mafias y los mafiosos, sea técnicamente dificultoso de probar, potencia la indignación hasta la rabia de todas las clases sociales a unos niveles que sitúan a este país al borde de la sublevación. 

Si no se producen dimisiones en cadena, si no se disuelven las Cortes y no se convocan elecciones, estos bribones se convertirán en usurpadores del poder y será difícil que España no salte por los aires.

+@Los constructores de los Papeles de Bárcenas tienen cinco concesiones de hospitales en Madrid
 
PUNTOS DE PÁGINA
Excelente artículo de quien fuera director del diario ABC, José Antonio Zarzalejos, bajo el título ¿Hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?, que el periodista dirige a modo de carta abierta al Presidente del Gobierno en estos términos: En definitiva, señor Rajoy, España y sus ciudadanos viven en la peor crisis de todas, que no es la política, ni siquiera la económica: viven –vivimos- en una crisis de fiabilidad democrática porque no confiamos en ustedes después de haber intentado hacerlo con tanta reiteración como ingenuidad. Se ha invertido la carga de la prueba: son ustedes, señor presidente, los que deben demostrar que son inocentes porque nadie cree que lo sean después de tanto manosear esa presunción constitucional como cortafuegos a sus responsabilidades. Ignoro, señor presidente, si, como se dice, ‘pasa’ usted o no de los medios de comunicación nacionales y extranjeros, si le importa o no lo que se escribe y se dice en ellos. Pero hoy por hoy abrir un periódico de papel, entrar en uno digital, escuchar la radio, ver la televisión o participar en las redes sociales es exactamente igual a introducirse en una jungla de informaciones todas ellas desalentadoras sobre la falta de probidad de la clase dirigente y la ausencia de solvencia de las instituciones. Provoca náusea.

DdA, IX/2.293

No hay comentarios:

Publicar un comentario